martes, 24 de septiembre de 2013

¿Qué es la Felicidad?

No se puede definir con exactitud, pero seria como aquel estado "perfecto" que la mayoría desea. Se percibe de diferentes maneras puesto que cada persona no solo tiene una forma única de ver el mundo, sino que las experiencias obtenidas por cada una de ellas es completamente diferente. Así que más que buscar los pasos exactos para ser feliz, hay que aprender a ser conscientes de aquello que estamos haciendo que nos aleja de ella y dejar de hacerlo.

Para empezar debemos tener en cuenta que la sociedad actual, infestada de publicidad materialista y deudas, novelas e infidelidades, música absurda y logofobia, noticias negativas e ignorancia, logra que la mayoría de las personas comparta la equivocada idea de que la felicidad se encuentra tan lejos que todo esfuerzo posible sería inútil. La realidad es completamente diferente y hay un viejo cuento que describe algo similiar:



Un error muy común es esperar algo más, pues cada vez que creemos lograr la felicidad advertimos que no llegamos al estado de plenitud que nos habíamos propuesto. O lo que conseguimos nos parece poco, o nos parece opaco, o carente del atractivo que tenía cuando vivía en el plano de la imaginación. La solución tampoco es el conformismo porque una cosa es ser realista ante las situaciones y otra ahogarse en un defecto.

"Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, por eso ámala, sé feliz y siempre sonríe, sólo vive intensamente. Antes de hablar, escucha. Antes de escribir, piensa. Antes de herir, siente. Antes de rendirte, intenta. Antes de morir, vive."
William Shakespeare

Otra situación ocurre cuando no reflexionamos sobre lo vivido o no queremos buscar nuestra propia verdad y sobre-estimamos el valor de las opiniones ajenas. Nuestra familia nos dice algo, los profesores, las amistades, la radio, la televisión, el twitter, el facebook, etc y terminamos sin saber ni siquiera para que somos buenos.
¿En dónde radica la felicidad? ¿En las satisfacciones materiales y sensibles? ¿En los sentimientos? ¿En la tranquilidad psicológica? ¿En una buena suma de conocimientos? ¿En la religión local? ¿En una respetable certeza espiritual? ¿Cuál de los niveles de conciencia humanos es el depositario de felicidad? ¿Está en uno sólo de ellos o en todos a la vez? Y en este último caso, ¿cómo satisfacer a todos al mismo tiempo cuando sus necesidades sueles resultar contradictorias? ¿En Dios? ¿En el Dinero? ¿En la ciencia?
¿Dónde está la felicidad? Analice cada cual su esquema personal y sabrá descubrir su cuota de felicidad. El cuerpo tiene sus satisfacciones y, al contrario de los que supone tanta gente, no siempre se hallan en la saturación de los sentidos. La psiquis requiere su propia dicha y, al contrario de lo que supone tanta gente, ésta no deriva de sentirse amado y comprendido, sino de saber amar y comprender, incluyéndose a uno mismo sin caer en el egoísmo ciego. La mente no es feliz acumulando conocimientos sino borrando dudas: valen más unas pocas ideas bien asentadas que mil conceptos sin relacionar entre sí y sin practicidad para la vida diaria.

Un espíritu sereno y abierto a la evolución ayuda más que ninguna otra cosa a conseguir la felicidad intelectual, emocional y material. Descubrir que somos auténticos seres humanos y no simples accidentes existenciales; descubrir que podemos vivir más allá de nuestras apetencias sensibles; descubrir que podemos vivir más allá de nuestras apetencias sensibles; descubrir que podemos dirigir nuestros sentimientos para no herir a los demás y no herirnos a nosotros mismos; descubrir que el mundo está lleno de belleza y armonía aunque no siempre interior que podríamos definir con bastante acierto como felicidad.

Sabremos que somos felices cuando empecemos a disfrutar con las cosas sencillas, cuando la sonrisa surja fácilmente en nuestros labios, cuando estemos atentos a aprender algo nuevo todos los días y avanzar sin prisa y sin pausa hacia las metas que nos hemos trazado. Imaginar sin fantasía, soñar con sentido práctico, lanzarse a la aventura con riesgos calculados, amar sin desconfianza, son los exponentes de una felicidad bien asentada.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Mi amor, mi equipo

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Generalmente hablamos de las parejas y de las dificultades que surgen al rededor de ellas. También hablamos de la importancia de la pareja en tanto padres de sus hijos y de la institución del matrimonio. Pero tenemos dificultad para hablar y pensar del papel fundamental que tiene una pareja en nuestro desarrollo personal y en el gran motor e impulso que puede ser para uno.

La pareja saludable no solo es una persona que llena nuestro corazón y nuestras necesidades de afecto, sino que también puede ser un gran estímulo para nuestro desarrollo intelectual y profesional. Ellos y ellas aún siendo diferentes en la carrera que tienen pueden ser personas que estén motivándonos todo el tiempo a través de su actitud y del cuidado y respeto que tienen hacia nuestros intereses.

La relación de pareja está basado entre otras cosas en la amistad, claro que teñida de Eros, pero también con una gran cuota de amistad, capacidad para ayudar y estimular a quien amas. La complicidad de la pareja saludable debe ser inteligente, ni uno ni un tercero es lastimado, no se pierden las virtudes ni la verdad o la dignidad. Tu pareja debe se destacar tus virtudes, alimentar tus sueños, apoyar tus proyectos y descubrir tus defectos.

Las parejas que se llenan mutuamente y se apoyan en sus problemas, y deberían ser capaces de diferenciar lo que es el espacio mutuo y de pareja de lo que es el espacio personal, y como enriqueciendo este espacio se nutre la propia pareja. Cuando las personas que se aman se vuelven cómplices amorosos que son capaces de ayudarse a soñar con el proyecto de su pareja, entonces llega una vitalidad que no se agota nunca.

«Respétenla, protéjanla. Actuando así, ganarán su amor (…) y encontrarán el favor ante la vista de Dios(…). Amen a sus esposas y respétenlas; porque ellas serán madres mañana, y más tarde las antecesoras de toda generación.

Sean indulgentes hacia la mujer. Su amor ennoblece al hombre, ablanda su corazón endurecido, doma al bruto y hace de él un cordero.

La esposa y la madre son los tesoros inapreciables dados a ustedes por Dios. Ellas son los ornamentos más hermosos de la existencia, y de ellas nacen todos los habitantes del mundo.

Así como Dios (…) separó la luz de la oscuridad y la tierra de las aguas, la mujer posee la facultad divina de separar en un hombre las intenciones buenas de los pensamientos malos.

Por lo tanto, Yo les digo, después de Dios sus mejores pensamientos deben pertenecer a las mujeres y a las esposas; la mujer para ustedes es el templo divino donde obtendrán fácilmente la felicidad y vino donde obtendrán fácilmente la felicidad perfecta.

Saquen de este templo la fuerza moral. Aquí ustedes se olvidarán de sus dolores y de sus fracasos, y recuperarán la energía perdida, necesaria para permitirles ayudar a su próximo.

No la expongan a la humillación. Actuando así, se humillarán y perderán el sentimiento de amor sin el cual nada existe aquí abajo en la Tierra.

Protejan a su esposa, para que ella pueda protegerlos a ustedes y a toda su familia. Todo lo que ustedes hagan por su esposa, su madre, por una viuda u otra mujer en aflicción, ustedes lo habrán hecho a su Dios.»

La Vida de San Issa, 12:13-21.

Por el contrario si la pareja entra en competencia con las habilidades, las destrezas y los sueños de la persona con la que esta, entonces se entra en un terreno peligroso puesto que se va rompiendo el vínculo. Cuando no hay un compromiso real y mucho menos madurez pueden pasar dos cosas, o la pareja se somete y esto termina destruyendo la relación o la pareja decide llevar sus sueños “fuera” del vínculo, fuera de la pareja u empieza a crearse verdaderos abismos que con el tiempo puede degenerarse en desconfianza o infidelidad.

Es sumamente importante que las parejas se admiren y respeten, sin caer en la idealización, pero si poder admirar el trabajo que realiza quien amas y poder apoyarlo y acompañarlo. Pero esto de ida y vuelta. No vale con decir “yo te apoyo” y una de las partes de la pareja se queda en silencio, sintiendo “que el otro avanza y uno no”, esta formula es un “falso apoyo” del que luego se pasará factura.

Tu pareja es la persona que más amas, pero a veces puedes ser poco paciente, poco comprensivo y mostrar poco interés por lo que hace realmente y por lo que aspira. El aprecio por lo que hace y construye es parte de la intimidad. Sé flexible y amoroso con tu pareja cuando ella o él confrontan dilemas en su vida, en su trabajo, en los caminos de su realización personal.

Es importante que puedas imaginarte cómo crees que tu pareja se podría sentir más apoyada por ti en su desarrollo personal, y en los proyectos conjuntos, y trata de actuar así.

Apoyar no significa ser invasivo.

"Un hombre que va a la Perfección tiene que completarse con lo femenino, con lo mejor de lo que las mejores mujeres poseen. Una mujer que va a la Perfección tiene que completarse con lo masculino, con lo mejor de lo que los mejores hombres poseen. Como resultado, tanto el hombre como la mujer se olvidan del sexo de sus cuerpos actuales y llegan a ser pura conciencia que aspira a unirse con la Conciencia del Creador."

lunes, 22 de julio de 2013

¿Para qué hago esto? ¿Hacia dónde voy?

Nuestro mundo va cambiando constantemente, generando para todos nosotros diferentes beneficios. Sin embargo a pesar de todo ello, nos vemos sumergidos en muchas dudas. Y estas inseguridades nos causan muchisimo estrés, mucha confusión y nos hace sentir insatisfechos con lo estamos viviendo.

Pero muchos de estos conflictos no existirían si unos antes de realizar algo se preguntaran para qué lo realiza y hacia dónde debe ir para lograr lo propuesto. Pongamos un ejemplo muy simple, tenemos un estudiante, que se encuentra a punto de terminar la secundaria, él más que nadie siente muchas dudas con respecto a su existencia, y más aun viviendo en un mundo donde hoy se le exige muchísimo. Una de sus preguntas más frecuentes sera: ¿Y terminando el colegio que haré?, ¿Debo estudiar o trabajo?; Si estudio ¿Qué debo hacer para lograr conseguir una vacante en la universidad?. Todos los que hemos pasado por esta situación tendremos respuesta, diferentes tal vez, a estas preguntas.

Pero no solo hay dudas de esa índole. Alguno de nosotros, no me cabe duda, debe ya estar trabajando y, obviamente, ya tiene mayores responsabilidades, y puede preguntarse incluso: ¿Realmente me gusta esto que he decidido ejercer?.

Como ven cuanto más ha pasado el tiempo en nuestra vida, más complicadas son las situaciones que nos toque experimentar.

Mientras más temprano nos hagamos estas preguntas, más pronto lograremos ver que los resultados saldrán mucho mejor que si tal vez jamás nos las hubiésemos hecho, como al parecer le sucede a nuestro amigo que se encuentra ya trabajando. bueno estos son solo ejemplos, que se nos harian mas facil comprender, sin embargo  esto debemos aplicarlo para cualquier circunstancia de nuestra vida.

Todos esperamos que aquello que decidimos tenga los resultados que queríamos conseguir. Pero debemos comprender que para lograr las metas, debemos tener muy claro qué es lo que queremos conseguir con ellas (¿Para qué?) y qué debemos hacer para conseguirla (¿Hacia dónde voy?).

Para qué: nos indicara la finalidad de aquello que nos estamos planteando. Ejemplo: Voy a estudiar ... por que busco: aprender mas sobre esto; deseo aplicarlo en lo ya estoy trabajando; ayudar a los demas; o, por último; conseguir dinero, necesito aquel objeto, viaje, etc. Lo importante es saber ¿Para qué? nosotros hacemos o no algo, pues si buscamos simplemente llenar un vacio o esperar que lo que estamos haciendo magicamente nos de una respuesta pues simplemente estamos prolongando una duda que más adelante, ya terminada la tarea, volverá a aparecer y, finalmente, no lograremos encontrar respuesta.

Hacia dónde: nos ayudará a trazar el camino que debemos seguir para llegar a nuestro objetivo, tener claro que debemos hacer para conseguirlo, pero tambien que no debemos hacer para desviarnos de él, pues se deben tener bien claro esos dos aspectos, lo que se debe  y lo que no, hacer para lograr la meta.

Sería muy frustrante plantearnos algo y ver que las cosas no estan saliendo como lo esperabamos, pero si entendemos estos dos pasos facilmente nos daremos cuenta que algo anda mal, y es muy probable que entenderemos que no nos estamos dirigiendo de la manera correcta.

Muchas de nuestras insatisfacciones, podrian haberse evitado si nos hubiesemos hecho estas dos preguntas tan importantes en nuestra vida, que sin duda alguna nos demuestra el aspecto filosofico que todos los seres humanos tenemos.


lunes, 15 de julio de 2013

Realizar las Ideas

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Nos hemos preguntado cuántas veces en la vida nos hemos planteado objetivos, caminos que queríamos seguir, una rutina que debíamos cumplir o hasta promesas a seres importantes para nosotros; y, ahora dando respuesta a estas preguntas, cuántas de ellas hemos cumplido, hemos realizado y llevado a cabo. Muchos nos responderemos, con sinceridad: “La verdad es que muchas de ellas solo quedaron en ideas…”.

Para empezar tendríamos que entender que nuestras ideas serán válidas mientras que estas sean justas y buenas para nosotros y para todos; lo que quiere decir que deberán estar sujetas a los más nobles sentimientos para cuando las llevemos a cabo, lo hagamos de la forma más adecuada. Pero si por esta idea, aún cumpliendo todo lo mencionado, no hiciéramos nada por materializarla, simplemente estaría condenada a desvanecerse.

Nosotros, como seres que somos, lo más seguro que tenemos de nuestro destino es que hagamos lo que hagamos, tarde o temprano abandonaremos este lugar y con nosotros se irán todos nuestros ideales, aspiraciones, sueños, metas. Solo quedara aquello que pudimos realizar, aquello que si logramos cumplir, aquellas metas alcanzadas y las huellas de ello en cada ser que estuvo cerca nuestro.

Se puede decir que ha habido hombres que no han muerto; no porque aún sus cuerpos estén aquí con nosotros, sino porque si vivieron aquellos ideales; es decir, si hicieron realidad aquello que empezó estando en su mente.

La vida se encarga de demostrarnos lo difícil que es plasmar nuestras ideas en hechos concretos. Muchas veces por comodidad preferimos quedarnos con los sueños, pues tal vez por temor a no cumplir con lo deseado, preferimos evitarnos aquella insatisfacción. Pero no podemos ir huyendo de algo que enriquece nuestro ser el cual es entender que podemos ser capaces de lograr materializar un ideal, volver una idea en algo real, en algo concreto.

Nuestros sueños y la realidad son los dos platillos de una balanza que debe mantenerse en equilibrio para así poder avanzar en nuestra vida con menos dolor, menos fracasos, y al contrario, más alegrías y victorias.

domingo, 7 de julio de 2013

Seguridad en uno mismo

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Esta condición es una de las más anheladas por el ser humano y, al mismo tiempo, una de las más esquivas.

¿Por qué en determinadas situaciones continuamos defendiendo actitudes negativas y autodestructivas a pesar de la evidencia en contra? ¿Por qué permanecemos atados a la irracionalidad pudiendo salirnos de ella? ¿Por qué a veces preferimos las mentiras?

"La gente no desea la verdad. Desea promesas tranquilizadoras."
Anthony de Mello

La mayoría de personas mostramos una alta resistencia al cambio. Muchos pensamos que "Más vale malo conocido que bueno por conocer", simplemente preferimos quedarnos con lo poco que conocemos en vez de explorar si hay algo mejor ya que cambiar implica el esfuerzo de reorganizar muchos pensamientos y abandonar ciertos apegos. En peores casos, nos conformamos con lo que somos, con lo que conocemos y creemos saberlo todo perdiendo de esta manera muchas oportunidades.



La seguridad en sí mismo viene, para comenzar, del propio conocimiento. La antigua enseñanza que nunca dejó de ser válida, "Conócete a ti mismo", sigue siendo la clave fundamental para iniciar este camino. No podemos afirmarnos en algo que no conocemos.

No se trata de un conocimiento superficial, puesto que todas las personas, de una manera u otra, están convencidas de que se conocen. Pero solamente saben de sus actitudes diarias, de sus reacciones habituales, de su apariencia física, y de aquello que los demás dicen de uno. Falta el otro conocimiento profundo, el que va más allá de las apariencias y de las circunstancias; el que nos permite reconocernos por encima de todos los cambios, el que ahonda en los defectos y el que encuentra la luz de las virtudes escondidas.

Para conocerse en profundidad hace falta mucho valor. ¿Cómo mantener esa seguridad, sin que decaiga en los momentos difíciles? La mayor parte de los momentos difíciles –por no decir la totalidad- provienen de nuestra esfera emotiva.

"Son las emociones, las pasiones incontroladas, las que pueden derribar el edificio pacientemente construido de la seguridad personal. Por lo tanto, no debemos confiar esta autoafirmación a elementos emocionales de manera exclusiva."

No basta con sentir; hay que pensar, y pensar con amor, pues no vale la falsa imagen de que las ideas son "frías". Son las ideas claras, precisas, estables, las que van a contribuir en mayor medida al mantenimiento de la seguridad en uno mismo.

La plena seguridad es también un estado del alma. No tiene ninguna relación con la vanidad, la soberbia o el orgullo de quienes se sienten grandes, sin haber acumulado otro mérito que mirarse siempre con buenos ojos. Ésa no es seguridad, sino una burda autosuficiencia.

La plena seguridad es el resultado de muchas pruebas, errores y correcciones, de mucha paciencia, de sufrimientos, y de recuperar el ánimo tras cada caída. Es la expresión de un largo trabajo a través del tiempo.

La plena seguridad es, en síntesis, el resultado de un esfuerzo inteligente. Es tener delante una meta clara y seguir por el camino recto, sin desviarse ni detenerse. No es un regalo; es una adquisición, es una muestra de madurez espiritual.

¿Nunca has experimentado una muestra de esta particular cara de la victoria? Seguramente, sí.

Cuando has estudiado bien para un examen has percibido que las preguntas no te turbaban; al contrario, estabas feliz de dar las respuestas acertadas y hablabas con plena seguridad.
Cuando has hecho un trabajo a conciencia, prestando atención a cada detalle, te has sentido plenamente seguro de tu obra y feliz de haberla conseguido.

domingo, 30 de junio de 2013

Aprender, conocer y saber

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Cuando más sabemos menos miedo e inseguridad tenemos. Saber algo es tomar conciencia de todo lo que nos falta por saber; pero eso no justifica tener miedo de aquello que todavía no conocemos.

"Sólo sé que no sé nada; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo."
Sócrates

Aprender de verdad es dar cabida en la mente y un lugar en la conciencia a aquellos conocimientos que no tenemos –o que es preciso volver a recobrar-, no mecánicamente sino con la voluntad bien despierta.

"La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia."
Sócrates

Es fácil aprender, dentro de lo que cabe, aquello que se comprende, y es fácil comprender cuando la mente se concentra en los nuevos conocimientos con todo su potencial. La repetición, el análisis frecuente, las preguntas y respuestas que se suscitan en torno a lo que vamos aprendiendo, hacen que ello se fije en la conciencia y que poco a poco, aumente nuestro nivel de comprensión. Pero, ¿basta con llegar hasta aquí?. Evidentemente, no…

Una cosa es lo que aprendo y otra es lo que sé…Tenemos la certeza de que el conocimiento ha seguido por las vías adecuadas cuando podemos cambiar, transmutarnos, elevar siquiera unos milímetros nuestro nivel interior, actuar de manera consecuente con las ideas que vamos adquiriendo.

Lo que se aprende de manera pasiva se olvida en muy poco tiempo y no constituye un verdadero conocimiento. Lo que se aprende con sana reflexión queda fijado en la conciencia y permite construir un edificio de conocimientos bien cimentados.

"Cuida tus pensamientos
porque se volverán palabras.

Cuida tus palabras
porque se transformarán en actos.

Cuida tus actos
porque se harán costumbre.

Cuida tus costumbres
porque forjarán tu carácter.

Cuida tu carácter
porque formará tu destino.
y tu destino, será tu vida."
Mahatma Gandhi

Podemos dominar un conocimiento a nivel mental, pero eso no significa que tengamos la posibilidad de llevarlo a la práctica. De modo que la voluntad no ha de servir tan sólo para avivar nuestra atención, sino también –y principalmente- para mover nuestras acciones.

Lo que sé es lo que puedo hacer, y hasta tanto no puedo hacerlo –aunque sea con dificultades y errores subsanables-, no se debe hablar de un verdadero aprendizaje ni de un verdadero conocimiento.

martes, 25 de junio de 2013

La Existencia del Dolor

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Desde que entramos a la vida (incluso dentro del vientre de la madre) el dolor aparece de muchas formas y en las diversas etapas de la vida misma. Por ello ¿no seria prudente de vez en cuando aprender o recordar algo sobre ello?

Nosotros nos relacionamos con el mundo circundante de diferentes maneras y con nuestros diferentes aspectos, estos aspectos nuestros son a veces considerados hasta opuestos y que por ende, si no somos muy atentos, cometemos el error de no considerarlos como parte de nosotros.

Cuerpo

El dolor en el Cuerpo puede ser la pérdida de la salud o la vitalidad y ese desequilibrio físico se traduce en diversos tipos de dolor que atrapan la atención y la conciencia en general o puede ser el producto de una mala alimentación por no participar de un horario adecuado. También puede ser el efecto de malos descansos o del consumo de sustancias nocivas entre otros.

¿Alguna vez alguien se ha puesto a pensar porqué es que el consumo de carne no es recomendado para mujeres que están gestando? o ¿Por qué la leche y la carne no son recomendados para mujeres que sufren de quistes de ovarios o para personas que sufren de osteoporosis? o ¿Por qué la leche y los lácteos en general son considerados altamente nocivos para aquellas personas que padecen de cáncer de próstata o de ovario?

Psiquis

El dolor se fundamenta en la pérdida de un sentimiento (tanto el que profesamos, como, sobre todo, los que recibimos de otras personas); en fin, que nos dejen de querer, puede ser la pérdida de confianza en algo o en alguien, puede ser producto de una traición o una infidelidad.

La pérdida de esperanzas puestas en proyectos que no llegan a cumplirse, la pérdida de seguridad en uno mismo, que se expresa como miedo para enfrentar situaciones difíciles y aún sencillas. El dolor que produce la pérdida de bienes apreciados o de personas queridas.

De repente esperamos demasiado de otros y eso nos causa mucho dolor al no cumplirse nuestras expectativas y a veces tiene que pasar buen tiempo para recién darnos cuenta que lo que realmente importa es aquello que esta en nuestras manos, no por egoísmo sino porque realmente es aquello sobre lo único que tenemos control.

"Yo siempre me siento Feliz, sabes por que? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele; la vida es corta, por eso ama la vida, se feliz y siempre sonríe, solo vive para ti y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive!."
William Shakespeare


Y, en total, todas aquellas emociones que reflejan la pérdida de algo que se creía poseer, o la pérdida de algo que se esperaba tener.

Mente

El dolor viene de la incomprensión. Cuando la mente se cierra, se bloquea y no comprende el sentido de las circunstancias, sufre. Cuando la mente no tiene medios para comprender las razones de la vida, sufre. También produce dolor comprobar que íbamos tras ideas equivocadas, o que actuábamos según ciertos criterios erróneos. O descubrir que teníamos una falsa imagen de nosotros mismos, y que no éramos en realidad tal como soñábamos ser.

"Cuanto más sabemos menos miedo e inseguridad tenemos. Saber algo es tomar conciencia de todo lo que nos falta por saber; pero eso no justifica tener miedo de aquello que todavía no conocemos."
Delia Steinberg Guzmán

Es probable que el dolor no cese nunca del todo, porque estábamos en un camino de evolución progresiva. Lo que podemos hacer es comenzar por reducir las causas que nos producen dolor.
Para ello necesitamos ver las cosas de una manera serena, inteligente y objetiva. Vernos a nosotros mismos desde lejos para apreciar las realidades que, de otra forma, nos absorben tanto que nos ciegan para darles nombre y definición.

Como segundo paso, hay que buscar soluciones para resolver los motivos que nos llevaron al dolor. Todo tiene una solución más o menos buena. Pero si no hay voluntad para buscar, y menos aún para aplicar la o las soluciones, el dolor persistirá. Y no solamente persistirá, sino que nos hará culpar a factores externos de aquello que no nos atrevemos a enfrentar.

El dolor no se va, hay que alejarlo.

El dolor no se olvida: se transforma en una experiencia objetiva que nos enriquece.

El dolor asumido y puesto en vías de resolución, es un seguro para no volver a caer en las mismas causas que le dieron nacimiento.

"No somos perfectos, pero somos capaces de concebir lo que es la perfección. La acción es preferible a la inacción y el compromiso con la vida es preferible a la indiferencia apática."
Delia Steinberg Guzmán

domingo, 5 de mayo de 2013

Desvios de polvo y viento

A veces llegan momentos en la vida en que decimos "¿Otra vez?" o "¿Por qué a mi?". Por lo general aquellas frases tienen un sabor amargo y vienen con recuerdos de momentos que no nos agradaron, que no fueron fáciles de afrontar y que creíamos ya superados, pero ¿Por qué es que a veces pareciera que la vida se repite?, o tal vez la pregunta sea ¿Para qué es que todo esto parece volver a suceder?.

La vida participa de Ciclos y a cada momento inician y terminan Ciclos de toda índole. Un Ciclo define que en el tiempo se irán repitiendo características esenciales del pasado y es muy importante considerar también las situaciones que ponen a prueba las virtudes.

Una gran debilidad reside en el no saber usar el pasado y empezar a sentirse derrotado antes de luchar creyendo que no se pueden superar las cosas, pero la verdad es que el pasado no esta para ser un motivo de resignación, sino para aprender y evolucionar. Intentar desesperadamente cambiarlo puede traer graves consecuencias. Pisar sin cuidado un antiguo suelo levanta mucho polvo, polvo que con el viento puede crear otros caminos en el aire y hacernos perder el actual presente, vivir en el pasado no es vivir.

Los motivos por los cuales no nos podemos desprender del pasado son varios, pero entre ellos encontramos la frustración por aquellos acontecimientos que no pudimos evitar y el remordimiento o vergüenza por aquellos que si estaban bajo nuestro control. Pero el pasado no se puede cambiar, la Naturaleza simplemente no lo permite por que no es necesario.

Si hemos tenido un pasado delicado, no debemos dudar de nosotros mismos, de nuestros principios y de nuestras fortalezas, consideremos que somos capaces de superar cualquier obstáculo que se aparezca y afrontarlo con esperanza y entusiasmo. Los acontecimientos sirven para aprender y la Ciclicidad nos da la oportunidad de rendir una prueba similar en esta vida, en la siguiente o a veces más pronto de lo que uno puede llegar a creer. Que esto que nos pase nos haga afianzar nuestros conocimientos pasados y reparar nuestros daños.

"Aprende del pasado y contruye tu futuro, construye tu futuro o sopórtalo"

viernes, 22 de marzo de 2013

Eres mas de lo que piensas...

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Todos hemos observado la dualidad de nuestro mundo: existe algo que llamamos “blando” porque lo comparamos con lo que es “duro”; así como llamamos “suave” a lo que es contrario a lo “áspero”. Decimos: “esta persona es buena” porque tenemos el concepto de lo que es una mala persona y, así, podemos dar muchos ejemplos…

A pesar de esta tendencia a calificar todo desde los dos colores extremos de la vida, blanco y negro, somos conscientes de que hay matices: nada es totalmente blanco, nada es totalmente negro; todo está en permanente cambio. Tal vez la representación más acabada de esta verdad sea aquel símbolo milenario chino, por todos conocido, que representa el yin y el yang, imagen universal de esta dualidad relativa.

Sin embargo, muchos de nosotros, ante ciertos acontecimientos de nuestra vida, nos hemos encontrado diciendo: “En realidad yo no sirvo para eso, es imposible para mí”; “No cuentes con esa persona, nunca hace nada bien…” Todas ellas, afirmaciones extremas: blanco o negro. Sólo vemos un lado de la vida, sin recordar que este mundo está lleno de matices. Considerar los matices no es lo mismo que admitir la mediocridad. No se refiere a esa actitud de quien dice: “bueno, todo el mundo tiene sus debilidades y sus defectos, no me pidas más”, para excusar su falta de carácter. No, una cosa es la mediocridad – que en realidad es tendencia a la inercia y al estancamiento - y otra es la relatividad de este mundo que está en permanente cambio.

Milenarias y sabias culturas como la egipcia, la china y la hindú coinciden en señalar que “todo vibra, todo cambia, todo está en movimiento”, y por eso todo en el universo marcha por un camino metafísico: el camino de la evolución. Si investigas un poco, encontrarás que, por ejemplo, el carbón en su estado natural, después de cientos de años sometidos a presión y a las temperaturas extremas de la tierra, se transforma en diamante; que el plomo, ese metal tan común y barato, tras cientos de años de evolución llega a convertirse en oro; así como un aparente gusano, se convierte en mariposa.

Entonces ¿No sería lógico pensar que el destino del hombre también está en relación con el cambio y la evolución? Ciertamente hay que admitir que no somos perfectos pues no hemos conquistado aún la cúspide de nuestras capacidades, pero somos perfectibles, capaces de ser y de hacer las cosas cada vez mejor. Por eso, si aún no somos lo que ansiamos ser, si aún no hemos alcanzado la meta que soñamos, si aún no hemos usado al máximo nuestras fuerzas, no digamos: “¡esto es imposible!”.

Si tenemos un Ideal de perfección, tendremos una estrella alta hacia la cual elevarnos, un motor para impulsarnos a seguir conquistando nuevos escalones, en el entusiasta ejercicio de crecer por dentro.

Pero ¿cómo serían el hombre y la mujer ideal? ¿Quiénes somos y quiénes podríamos llegar a ser? La Filosofía nos introduce en el fascinante camino de conocernos a nosotros mismos, de comprender las leyes que rigen la naturaleza y el destino de los hombres. Numerosos sabios de diversas culturas han dejado enseñanzas que nos permiten conocer la verdadera esencia del ser humano y comprender que en ella residen la Voluntad, la Sabiduría, el Amor y la capacidad de construirnos a nosotros mismos. La Escuela de Filosofía de Nueva Acrópolis te invita a comprobarlo, a través del curso Filosofía para la vida y de su programa de actividades de este mes.


domingo, 10 de marzo de 2013

¿Podemos ser mejores? Lección del diamante

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El diamante es la gema más preciada del mundo. Su dureza, transparencia y brillo resplandeciente, no tienen igual. Su nombre deriva de la palabra griega “adamas” que significa “invencible”. Es muy difícil romper un diamante: hacen falta 4.000 grados centígrados para fundirlo -dos veces y media más de lo que se necesita para fundir el acero-. Su composición, sin embargo, es muy simple: moléculas de carbono.

Su dureza se debe a su estructura interna, ordenada en forma piramidal: si ponemos cualquiera de sus lados como base, podremos contar los átomos de carbono por capas, teniendo la primera uno, la segunda cuatro, la tercera nueve y la cuarta dieciséis, lo que hace una sucesión de cuadrados 12, 22, 32 y 42.

Hace millones de años, dos grandes fuerzas, el calor y la presión, fueron transformando el carbón en diamante dentro de las calderas de magma hirviendo que se encuentran a grandes profundidades bajo tierra. Luego, los cambios geológicos traerían esas canteras de diamante a la superficie.

Recojamos las lecciones que encontramos en la naturaleza.

Carbón y diamante tienen la misma composición pero se diferencian en el orden interior de sus moléculas de carbono. En el primer caso, estas moléculas se encuentran desordenadas y caóticas, produciendo la opacidad del carbón y su frágil consistencia. En cambio, en el diamante vemos un orden inteligente que da paso a la claridad y a la luz.

De igual manera, un hombre sin orden en sus pensamientos, sentimientos y actos, es frágil y oscuro. Pero el hombre que pone orden en estos aspectos, es internamente fuerte, brillante, resistente y valeroso.

Para poder ordenar, necesitamos la luz del Conocimiento, aquella que disipa la ignorancia y nos permite cambiar las dudas por convicciones, la fragilidad por la fortaleza, el temor por la seguridad, la existencia sin sentido por una vida dirigida hacia un ideal de perfección. El conocimiento es como ese fuego a altas temperaturas que el carbón necesita para transmutarse en diamante. Cuando este conocimiento es puesto en acción con el poder de nuestra Voluntad, empezamos a organizarnos por dentro, nos acercamos a la sabiduría y, como el diamante, podemos irradiar luz a nuestro alrededor.

Pero el carbón se forjó también con altas presiones, hasta convertirse en diamante. Igualmente, el hombre atraviesa en su vida numerosas dificultades, que en realidad son oportunidades para aprender y crecer. Según sea su actitud ante la adversidad, o “se quiebra” o se fortalece. La lucha con la adversidad nos hace fuertes y nos concede confianza en nosotros mismos. Si lucha la semilla para abrirse y elevarse como árbol, si lucha la oruga hasta salir de su crisálida y convertirse en mariposa, si lucha el carbón hasta convertirse en diamante ¿por qué el hombre no libraría una batalla interna para realizarse plenamente?.

Entre el carbón y el diamante hay un largo camino de perfeccionamiento. Es este el camino metafísico que todos los seres transitamos, seamos conscientes de ello o no. Tenemos un punto de partida y un destino al cual llegar. Pero ¿cómo encontrar ese camino y transitar por él sin extraviarnos? Guiándonos con la luz del Conocimiento, la luz de la sabiduría de aquellos hombres sabios que marchan por delante de nosotros. Despertemos al filósofo o “amante de la sabiduría”, que todos llevamos dentro.

domingo, 3 de marzo de 2013

Amor y desilución

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Un error común entre hombres y mujeres es la incapacidad de reconocer que la ilusión es pasajera y que es muy diferente al amor. En una relación todos empezamos muy ilusionados, pero cuando acaba la ilusión , cuando las cosas se "enfrían" no significa que acabo el amor, todo lo contrario es cuando recién empieza, porque el amor participa de la conciencia, el conocimiento, la inteligencia y la voluntad.

La ilusión es algo emocional, mas el amor es algo sentimental. Si nunca te has preguntado si quieres realmente a tu pareja probablemente sigues viviendo una ilusión y no amor, porque el amor es una decisión, no un impulso o una sensación.

Si eres una persona que busca emociones en una relación, probablemente demoraras mucho en amar y peor aun, es probable que hagas daño a quien te quiere de verdad ya que aquel que muchas emociones tiene por lo general toma decisiones estando molesto y hace promesas demás estando feliz.

Las relaciones sentimentales tienen etapas y toda relación larga suele pasar por la mayoría de ellas. La desilusión probablemente es la etapa que la mayoría no considera, algunos porque no la perciben, otros por ignorancia y otros por miedo, aquella fuerza paralizante que nos impide avanzar o tomar decisiones.

La desilusión es la etapa en la que empiezas a ser más consciente, ya que no solo ves las virtudes (o fantaseas que tiene alguna), sino también los defectos y empieza a morir esa idealización sobre tu pareja que al principio hizo sentir ese cosquilleo, esa sensación de que el corazón se desenfrena a la hora de verlo(a).

El verdadero amor es una decisión y una decisión no se puede tomar sin el conocimiento de los pros y contras que se obtiene a conciencia. Simplemente no puedes amar o querer "como nunca antes" a alguien que no conoces así como no se debería a alguien que te coquetea desde que te ve. Cualquier parecido es solo confusión, instintos, pasiones, miedos u otra emoción enfermiza.

Es normal ya no estar ilusionado, la ilusión es pasajera, ahora esta en uno querer asumir la responsabilidad de amar o no, lo valioso no es fácil y se tiene que hacer mucho para alcanzarlo. El amor no se resume en un peluche, una rosa, un piropo o inclusive la intimidad, sino en una decisión totalmente despojada de las "hormonas del amor". El ser fiel o "amar" mientras se esta enamorado(a) no es precisamente Fidelidad o Amor, no hay virtud cuando se esta sujeto a un proceso hormonal que precisamente parte de lo que hace es hacerte ver a una sola persona. Cuando acaba la ilusión ya empiezas a ver a otras personas, es algo completamente normal y es precisamente en ese momento donde ya puedes participar de la Fidelidad como virtud.

Creer que el amor es ciego o que se da a primera vista es el más grande auto engaño. Simplemente no puedes ir vendado(a), muchas personas en su ignorancia junto con los medios de comunicación también nos engañan, nos hacen creer que deseamos amores como los de las películas o novelas pero sin mencionar que las películas acaban.

Tu amor no tiene porque acabar, el amor no acaba sin embargo tu decides si amar o no y si estas en la posición de que no puedes decidir es muy probable que no sea amor. Alguien que te ama no es aquel o aquella que solo te hace desenfrenar y no pensar, sino es aquel que te mantiene fuerte, que te ayuda a consolidar tus ideales, que te inspira, que te dice en que estas fallando mas no por crítica, sino porque le importas verdaderamente y posiblemente quiere compartir un futuro contigo.

En el amor no hay emociones desenfrenadas, sino todo lo contrario, hay un equilibrio el cual no es fácil alcanzar, pero por eso mismo vale demasiado.


domingo, 27 de enero de 2013

Ignorancia y autoconocimiento

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La ignorancia en si no es mala, es algo de lo cual participamos desde que nacemos, pero el ignorar que ignoramos puede traer consecuencias desagradables. El desconocer el secreto de nuestras tragedias y el propósito de nuestra vida no es nada bueno para nosotros.

Para empezar tengamos muy en cuenta que el tiempo no significa necesariamente progreso. El tiempo solamente nos permite participar de situaciones, de instantes de los cuales se puede como no (dependiendo de nosotros) aprender o practicar virtudes.

“La edad y la eminencia no son indicios de sabiduría”

Lamentablemente distraerse hasta parece natural, ya que seamos de Venus o Marte casi siempre hay “algo” que nos distrae, mas esto no es delito. Lo importante reside en reconocer el estado de conciencia en que nos hallamos cuando hacemos una u otra determinada cosa.

El nivel de conciencia del que gusta del alcohol es diferente al del abstemio y el de la prostituta o el lujurioso es muy distinto al de la doncella o el noble. La distracción entonces es cuestión de defectos, vicios, instintos y emociones no controladas.

Por afinidades psicológicas nos relacionamos con personalidades similares y somos más para bien o para mal. Por lo general, solos no hacemos mucho, pero con la compañía equivocada podemos terminar perdiéndonos y hacer cosas de las cuales nos podríamos arrepentir más adelante, tal vez toda la vida. Aun así todo tiene solución mientras se esté vivo y se haya aprendido de lo sucedido.

La sociedad es solo la extensión de la personalidad, el paso que damos nosotros la damos todos queramos o no. La sociedad es el reflejo de la personalidad dominante en tal o cual lugar, entonces tener en cuenta que si queremos cambiar algo tenemos que empezar por nosotros.

Ciertamente no es nada fácil eliminar las emociones negativas, sobre todo para aquellos que día a día practican el egoísmo o para aquellos que han sufrido mucho, sea por problemas familiares, económicos, sentimentales o todos a la vez, quién sabe. El trabajo sobre sí mismo es fundamental para poder sobrellevar todo aquello que obstaculiza nuestro auto-conocimiento, la elevación de nuestra conciencia. El trabajo es mental y se da de instante en instante. La atención y la voluntad es crucial para identificar y aprender del mundo circundante.

El auto-conocimiento, el contacto con nuestra esencia, es sin duda lo más importante en nuestra vida y este es imposible sin antes desintegrar el vano Orgullo por el simple hecho de que no aceptar nuestros errores o creer que ya sabemos nos impide aprender.

La crítica no es buena ni mala, depende de uno mismo, si tu aceptas la crítica como una ofensa entonces si te hará daño, sin embargo si dejas de lado tu EGO y permites ver realmente porque la hicieron entonces tal vez hasta pueda ayudar a mejorar. La crítica es peligrosa si eres una persona que se deja llevar siempre por sus emociones, eso quiere decir ser impulsivo y la verdad es que serlo no es lo más apropiado muchas veces dejarnos llevar por ellas nos pueden traer problemas y apodemos herir y/o herirnos. Hay una gran diferencia entre orgullo y dignidad, la dignidad es aquella que no debes permitir que sea dañada.

"Muchas son las voces, unas indignas, otras nobles,
que vienen a herir el oído: Que no te turben ni tampoco
te vuelvas para no oírlas. Cuando oigas una mentira,
sopórtalo con calma.

Pero lo que ahora voy a decirte es preciso que lo cumplas siempre:
Que nadie, por sus dichos o por sus actos, te conmueva para que hagas o digas
nada que no sea lo mejor para ti.

Reflexiona antes de obrar para no cometer tonterías:
Obrar y hablar sin discernimiento es de pobres gentes.
Tú en cambio siempre harás lo que no pueda dañarte."
Pitágoras


jueves, 17 de enero de 2013

¿Puede morir el Amor?

Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en que el Odio, que es el Rey de los malos sentimientos y los más grandes defectos, convoco a una reunión urgente.

Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad por saber cuál era el propósito.

Cuando estuvieron todos habló el odio y dijo: “Los he reunido aquí por que deseo matar a alguien”.

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el odio quién hablaba y el siempre quería matar a alguien.

“Quiero que maten al Amor” dijo:

Muchos sonrieron malévolamente pues mas de uno le tenía ganas. El primer voluntario fue el Mal carácter, quién dijo: “Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia que no lo soportará”.

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del mal carácter quedaron muy decepcionados.

“Lo siento, lo intente todo, pero cada vez que yo siembro una discordia el Amor lo supera”.

Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la ambición, quién dijo: “En vista de que el mal carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y el Poder, y con esto lo destruiré”. Y empezó la ambición el ataque hacia su victima quién, renunciando a todo deseo desbordado de poder y riquezas, triunfo de nuevo.

Furioso el odio, por el fracaso de la ambición envió a los celos, quiénes burlones y perversos inventaron toda clase de artimañas para despistar al amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el amor con valentía se impuso nuevamente.

Año tras año el odio siguió en su lucha enviando a sus mas hirientes compañeros, envió a la frialdad, al egoísmo, a la indiferencia, a  la pobreza, a la enfermedad, y a muchos otros que fracasaron siempre, por que cuando el amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerzas y todo lo superaba.

El odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: “No hay nada que hacer el Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no logramos vencerlo”.

De pronto, de un rincón el salón, se levanto un sentimiento poco conocido que vestía todo de negro. Con un sombrero gigante que cubría su rostro. Su aspecto era fúnebre como el de la Muerte: “Yo mataré al Amor”, dijo con seguridad. Todo se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido.

El odio dijo: “Ve y hazlo”.

Tan solo había pasado algún tiempo cuando el odio volvió ha llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que después de mucho esperar por fin el Amor había muerto.

Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro hablo: “Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado” y sin decir mas intento marcharse.

“Espera, dijo el odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo. ¿Quién eres?”. El sentimiento levanto por primera vez su horrible rostro y dijo: “Soy la Rutina”.


"En tanto que haya alguien que crea en una idea, la idea vive."
José Ortega y Gasset

martes, 1 de enero de 2013

De la Brevedad de la Vida

Este es el título con que el gran filósofo romano Séneca (4 a.C. – 65 d.C.), tituló a una de sus obras más conocidas.

Séneca es uno de los representantes de la Escuela Estoica, escuela de filosofía que se caracterizaba por una férrea moral, totalmente práctica, en la cual se creyó entender que la virtud y la práctica de una vida simple con arreglo a la naturaleza ayudarían al hombre a reencontrarse consigo mismo, y que de allí devendría el reencuentro con Dios, con la Patria, con el Bien.

Una de las grandes ideas que ha desarrollado el Estoicismo y que puede tener una gran utilidad en nuestras vidas, es la relación entre el hombre y el tiempo que le concede la vida. El tiempo desde siempre ha sido un enigma para el ser humano. Pretendemos atraparlo, pero se escapa de nuestras manos como fina arena. Los romanos acuñaron la frase "tempus fugit", el tiempo huye, para dar a entender su carácter escurridizo y efímero.

Séneca, en su ensayo "De brevitate vitae" o "De la brevedad de la vida", nos muestra el aspecto relativo del tiempo, ya que no es que nuestra vida sea corta, sino que nosotros la desperdiciamos en cosas banales. Él decía que el tiempo es como el dinero: "Poco para el que lo malgasta y mucho para quien sabe administrarlo", pero como es algo incorpóreo no le damos el valor que le damos a las cosas materiales. Éste es un problema muy de nuestros días; quizá por esa tendencia de alejarnos de nuestro "yo interior", nos pasamos la vida rellenándola con placeres y deseos que satisfacen nuestra parte más instintiva o pasional, pero que nos quita tiempo para las cosas verdaderamente humanas. El tiempo dedicado a nuestra vida profesional, a nuestros hábitos televisivos o a las más variadas posibilidades de ocio que nos brinda nuestra sociedad son buenos ejemplos de ello. Nos mantienen entretenidos, pero también nos impiden tener una vida más intensa y profunda, y quizá plasmar los sueños e ideales de juventud. Si fuéramos capaces de apoyar nuestra disciplina en nuestra razón, o simplemente en el sentido común, veríamos cómo el tiempo se alarga, y nos sorprenderíamos de las cosas que se pueden hacer en un día y en una vida.

Por otra parte, el emperador filósofo Marco Aurelio, también perteneciente a la Escuela Estoica, nos recuerda en sus "Meditaciones" el valor del momento: "Por más larga que sea la vida de uno, al morir, todos perdemos lo mismo: el presente, pues el pasado ya lo hemos perdido antes, el futuro no lo poseemos aún, y no podemos perder lo que no tenemos", por eso nos recomienda: "Realizar cada acto como si estuviéramos a punto de salir de esta vida, como si fuera nuestro último día". Esta frase invita a reflexionar sobre la utilización de nuestro tiempo, de la importancia del presente. En general, se tiene la tendencia a dejar las cosas importantes de la vida para el futuro: nuestros grandes planes, sueños, etc., y vivimos el presente "de pasada"; pero, ¿y si no hay futuro? Nadie nos lo garantiza, podemos salir de esta vida en cualquier momento y sin previo aviso. Según Marco Aurelio podemos dar a la vida otra dimensión. No nos podemos librar de las ataduras del tiempo, pero lo podemos convertir en nuestro aliado y vivir cada momento con más calidad y conciencia; esto haría que nuestro futuro fuese mejor.


Cortesía de la Escuela de Filosofía
NUEVA ACROPOLIS PERÚ.