domingo, 23 de enero de 2011

¿Qué alimenta el Amor?

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Conócete a ti mismo
Es un frase de Sócrates que es una premisa importante en el Amor. Es fundamentalmente amarnos a nosotros mismos. Es decir, primero hay que conocerse, amarse, entenderse. Saber ¿quién soy yo?, ¿cuáles son mis características?, ¿cuál es mi búsqueda?, ¿hacia donde voy?, ¿qué quiero en la vida?.

Y, partiendo de la valoración del sentido de mi vida, tengo que darme cuenta si ese sentido de la vida es afín con la otra persona. Porque si yo, por ejemplo, quiero ser un filósofo o una persona que lee, estudia, reflexiona, que no es superficial, que le gusta Platón, que lee la Apología de Sócrates o el Banquete, que se preocupa por los animales, que admira cuando alguien comparte lo suyo con los necesitados; pero si yo voy donde mi pareja y le digo: "Mira qué bonito esto que dice Sócrates en el juicio y también mencionan al Oráculo de Delfos" o "Mira que interesante una reflexión profunda acerca del Amor en el Banquete", y me contesta: "Qué aburrido, mejor vamos a ver una película" o "¿que haces leyendo eso? vamos a comprar algo".

Eso parece una tontera, y que seguramente alguna vez nos ha ocurrido, lamentablemente es lo que va matando poco a poco el amor. Todos tenemos aspiraciones. ¿Sé de verdad cuál es el sentido de la vida de esa pareja que está delante de mí, si le interesa sólo el dinero, o quiere salir adelante en su profesión,o quiere crecer como humano desarrollando más virtudes?.

Los errores que matan al amor no aparecen de repente. Son como el agua que va horadando la piedra: lo dejamos pasar sin darle importancia y, finalmente, hay un momento que la situación ya está quebrada. Nos cuesta aceptarlo y sentimos miedo. Ese miedo nos lleva a lo que se llama, por ejemplo, las "postas"; es decir; no termino con alguien pero ya empiezo con otra persona. ¿Infidelidad?. No hay definición en lo que sentimos. Que pueda pasar el enamorarse de otra persona en determinado momento, sí, es posible. Pero, por lo menos, tener cierta claridad, honestidad, para con la otra persona.


Aceptar nuestras diferencias

Es interesante ver a las parejas cuando son de temperamentos diferentes. Uno dice: "Pero si ella es alegre y él es callado, casi ni habla. ¿Cómo se pueden llevar bien?." Justamente por eso es que viven juntos, porque cada uno pone un aspecto o matiz a la relación.

No hay que sorprendernos por las diferencias de temperamento; al contrario, enriquecen. Así, mientras uno pone el entusiasmo, la otra persona pone la calma; uno es impulsivo, el otro es más reflexivo. Son cosas que se van a ir compartiendo.

Pero, insisto, esas no son cosas que se descubren de un día para otro. Se descubren con el paso del tiempo. ¿Que habrá momentos en que estaremos ofuscados? Seguramente, porque no somos perfectos. Pero, si más allá de estar ofuscados, está el amor, eso pasará, porque comprenderemos que es un momento circunstancial, que son estados de ánimo que pasarán. Les recuerdo ahora que el amor no es algo de la noche a la mañana, el amor se trabaja, se construye.


Cultivarnos a nosotros mismos

Estar junto a otro ser humano es un prodigio, especialmente en esta época, pero tenemos que intentarlo. Vale la pena. Para eso necesitamos elementos, cultivar nuestra vida, cultivarnos a nosotros mismos, para que una relación funcione. Es como si no me hubieran enseñado nunca a leer y me pusieran todos los periódicos juntos. No puedo leer. Eso es lo mismo: ¿Cómo voy a cultivar mis sentimientos, cómo voy a cultivar mis relaciones humanas, cómo voy a cultivar mi relación de pareja, si no he aprendido, si no he estudiado, si no me he cultivado?

Hay una necesidad de cultivarnos, trabajar sobre nosotros mismos, sobre lo que estamos buscando y no engañarnos, es parte de conocernos a nosotros mismos. A veces somos muy permisivos, permitimos determinadas cosas, se dan por aceptadas. Entonces si las aceptamos, no nos tenemos por qué quejar; y si no nos gusta, habría que buscar la forma de solucionarlo.


Algunas conclusiones

Los griegos como Platón y Sócrates, entendían que el hombre naturalmente era un filósofo. Todos nosotros, aunque no hayamos estudiado filosofía, nos preguntamos: ¿Qué es la vida?, ¿qué es la muerte?, ¿de dónde vengo?, ¿por qué me enamoro?, ¿por qué me desenamoro?, ¿por qué siento esto?, ¿por qué quiero esto?, ¿por qué me peleo?, ¿por qué tengo vergüenza?, ¿por qué soy tan tímido?, ¿qué es el amor? Entonces, si naturalmente somos filósofos, ¿por qué no nos interesamos de verdad en eso?

Cuando queremos ganar más dinero o ser mejor calificados, seguramente estudiamos una profesión, una Maestría, un Doctorado. Ponemos un gran esfuerzo en eso. Le dedicamos gran parte de nuestra vida. ¿Por qué no dedicamos una parte del tiempo a cultivarnos a nosotros? Claro, eso no nos dará dinero, pero nos brinda seguridad interior, claridad en nuestros pensamientos, claridad sobre lo que quiero hacer en la vida, perspectiva para analizar una situación; me vuelvo un poco más sincero conmigo mismo, sincero con los demás. Si tengo un problema, lo sabré enfrentar con madurez y coraje, me daré cuenta si mantengo relaciones sentimentales poco fructíferas para mí y sabré terminar con eso. ¿Acaso no vale la pena?.

Yo creo que vamos a ser mucho más felices o, al menos, no nos va a sorprender la vida. Y cuando no tenga claro qué hacer, recurriré a alguien que sepa para que me conduzca, para que me indique. Como cuando no sabemos resolver un problema de matemática, ¿a dónde vamos? A un profesor de matemática, es lógico. Si tenemos un problema médico, ¿a dónde vamos? A un médico. Si tenemos un problema de criterio, claridad, discernimiento; y eso nos da la filosofía.

En la filosofía de la India se habla del ave "Kalahamsa". Es un cisne negro que tenía la propiedad de separar la leche del agua. La leche era el símbolo de lo espiritual, y el agua de lo material. Esta ave era el símbolo del discernimiento, de la capacidad de separar lo superfluo de lo trascendente, era la expresión de la inteligencia, el ser capaz de decir: "esto está mal, esto está bien y me voy a orientar por aquello que está bien", "esta relación de pareja no me hace bien, es difícil, es conflictiva, mi pareja no es educada, mejor busco otra que me haga bien".

Hay que buscar cosas que valgan la pena, que nos ennoblezcan la vida. Si soy un médico, que ennoblezca mi labor de médico. Si soy un abogado, que ennoblezca mi labor de abogado. Si soy obrero que ennoblezca mi labor de obrero. Sea cual sea mi ocupación, que ennoblezca mi ocupación. Yo creo que de esa manera vamos a ser inmensamente felices y, si alguna vez nos dicen que ya no nos quieren, por lo menos estaremos satisfechos y nos iremos contentos porque sabemos que hemos amado, con todo el corazón, con todas las ilusiones y que hemos sido nobles.

Yo estoy seguro, absolutamente seguro, de que nuestro amor por una pareja, nuestros enamoramientos, estarían más ennoblecidos, más unidos. ¿Por qué no intentarlo? Después de todo, lo que les estoy contando no es algo mío, es algo que aprendí desde muy joven cuando recién empecé a coger estos libros de filosofía y me empezaron a dar clases, y seguramente en el camino cometí errores, pero ahora hay que enseñarle a otros para que no cometan esos errores, y para que caminen mejor por esta ruta de la vida que uno tiene que recorrer.

No desperdiciemos nuestra vida. Hay que plasmar estos sueños, que son los sueños de todos, son los sueños de los hombres, querer hacer un Mundo Mejor, de hacer un mundo más justo. El sueño de poder encontrar una dama con la cual uno pueda compartir, luchar y las damas poder encontrar un caballero con el cual también sentirse acompañadas; que puedan recorrer cominos juntos, vivir las aventuras de la vida, aventuras de riesgo, de decir: "Nos vamos a atrever a esto, vamos a confiar en esto, vamos a tener un ideal, vamos a tener pensamientos nobles, vamos a fundar una organización que ayude los animales, vamos a ayudar a la humanidad"

Espero que puedan llevarse aunque sea una pequeña parte de ese esfuerzo que hacemos siempre nosotros acá, los filósofos de Nueva Acrópolis, por tratar de darles un poco de esta esperanza, de esta lucha y de este trabajo para tratar de ser mejor, de ser nobles y de hacer un mundo mejor.

Adaptado de: "Errores que matan al amor" - Profesor Salomón Acosta (Nueva Acrópolis)

martes, 18 de enero de 2011

ERRORES QUE MATAN EL AMOR DE PAREJA (PARTE II)

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Primera parte:


Basar la relación en el aspecto sexual

La parte sexual, lo sabemos todos, en determinando momento pasa. Van pasando los años y pasa. Ahí viene otro error, si únicamente tenemos interés en el aspecto físico, claro, cuando soy joven todo está bien, pero ¿Qué ocurre cuando pasan los años y el aspecto físico envejece? Pueden ocurrir dos cosas distintas:

Por un lado, algo adicional me tendrá que gustar, me gustará su cariño, su ternura, su fortaleza, su optimismo, su dedicación, su atención, etcétera. Tendremos que entender, tal vez de algún modo desganados, que si nosotros queremos compartir con ese alguien a quien queremos amar de verdad, aceptaremos por igual esos años donde eramos jóvenes y esos años donde el cuerpo físico de mi compañero(a) ya no es tan atractivo como antes. Compartiremos alegremente y con optimismo aquellos años buenos y no tan buenos, por decirlo así.

¿Y en el otro? Nos encontraremos con una desesperación que generalmente se manifiesta en infidelidad. Aquellas personas no han conocido el significado del amor, puesto que solo han sido llevados a obrar por sus impulsos e instintos. Y el amor es mucho más que ello, como ah sido explicado varias veces anteriormente


Creer que los hijos "arreglarán" una relación

Un error típico cuando hay crisis es pensar: "con un hijo lo vamos a solucionar". Eso es una mentira, ¿Por qué queremos hacer responsable a un nuevo ser de nuestros fracasos, de nuestros desencuentros? ¿Por qué traer a un nuevo ser esperando que "así nos vamos a unir más"? Los problemas que no se pudieron solucionar entre los dos, menos se lograrán solucionar de a tres.

No obstante, es posible que mejore la situación durante un tiempo, pero después seguirán las desavenencias. Y, lamentablemente, se utiliza esta situación para manipular: "¿Y qué va a ser de nuestro hijo si te vas?" Manipulamos moralmente a una persona por eso. Los hijos no solucionan los problemas de pareja, los hijos son seres a quienes tenemos que atender no usar. No subestimemos a los niños; los padres piensan que no se dan cuenta y, aunque sean muy pequeños se dan cuenta de lo que está pasando. Se dan cuenta cuando hay crisis, se dan cuenta cuando sus padres no se quieren y, lo que es más tremendo, estamos dándoles modelos de vida lamentables a nuestros hijos de lo que nosotros estamos viviendo.

Otro problema con respecto a la relación y los hijos es la crianza "Niño-Céntrica". Primero tenemos que entender que la relación es esposo-esposa. Los hijos son invitados a ser parte de la familia ya existente: esposo y esposa. Los hijos no complementan la familia sino que la expanden. La influencia más poderosa sobre sus hijos no vendrá de su papel como mamá o papá, sino de su papel como esposa o esposo ya que la necesidad emocional de los niños es saber que su mundo (papá y mamá) es seguro. La buena relación entre los padres establece esa confianza.

«Lo mejor que puede hacer un padre por sus hijos es amar a la madre de ellos»
Edwin Louis Cole

Si los padres dejan su primer amor del uno al otro, y se enfocan excesivamente en sus hijos, estarán dando el primer paso para la ruptura familiar. Haciendo esto traen el mundo familiar a su hijo, en vez de traer a su hijo al mundo familiar. Los sentimientos del niño son puestos por encima de sus acciones aun incorrectas y por lo resaltado anteriormente, así se va afectando al relación.

Cuando los niños llegan, la vida no se detiene, posiblemente parezca que disminuye la velocidad, pero no se detiene. Usted no dejó de ser esposa o esposo.


Los problemas se arreglan teniendo relaciones íntimas

Típico error es pensar que los problemas se arreglan con las relaciones sexuales. Pensar que los problemas se solucionan con momentos apasionados es como pensar que lavándome las manos aprobare el examen final de química.

El placer sexual es algo natural en la pareja, en las personas. Pero querer solucionar los problemas de fondo con algo momentáneo no es ético ni mucho menos lo correcto. Las cuestiones de verdad no se solucionan con eso. A lo máximo pueden funcionar como un dique, una represa: puedo mantener para que no desborde el agua, pero hay un momento en que inevitablemente se va a desbordar. Entonces, el sexo es una respuesta de corto alcance. Es mucho más saludable que enfrentemos la situación y tomemos un decisión firme, porque sino, estamos comprando la decisión, ya no con dinero, pero sí por un momento de placer.

Lo más interesante es que muchas personas se valen del sexo para pedir "perdón". Y definitivamente esto no es así. Si realmente aceptan que han actuado mal o que no están contribuyendo con  la relación como debe de ser, tal como no actuar con la responsabilidad y consideración que se debe asumir con la pareja, lo que simplemente se debe hacer es no volver a cometerlo. El arrepentimiento no se basa en pedir disculpas o estar diciendo "perdóname, perdóname"o "por favor, discúlpame", sino en dejar de hacer aquello que este lastimando la relación y mucho peor es en valerse del sexo para "conseguirlo", esto es absurdo y un error grave. Y tanto el estar en "discúlpame, perdóname" como ofrecer el cuerpo no solucionaran el problema y lo único que lograra es agravar el problema, ya que el problema no ha sido solucionado, solo aplazado, y al volver a ocurrir las incidencias que dañan la relación no solo se acabaran los "comodines" sino que se tomaran como mentiras.


Permitir que la familia se inmiscuya

Otro error es dejar que la familia se inmiscuya en nuestra relación: "es que mi mamá hacía las cosas así", "yo quiero que tú hagas las cosas como mi papá". Hay que asumir que ya somos adultos y actuar como tales: No podemos vivir dependiendo del papá o la mamá.

"Tus hijos no son tus hijos, son los hijos de la vida". Eso es algo que los padres tenemos que entender alguna vez en la vida. Proyectamos nuestros propios anhelos hacia los hijos: Si yo soy abogado, quiero que sea abogado; si yo soy ingeniero, quiero que sea ingeniero; si yo soy empresario, quiero que sea empresario.Queremos que viva los sueños que nosotros hemos tenido, nos inmiscuimos al querer tomar las decisiones de su vida por ellos.

Pero, también tendríamos que preguntarnos qué quieren nuestros hijos, qué sueñan nuestros hijos y qué está buscando. Dejar que se desarrollen y en un algún momento tendrán que volar, encontrar su pareja.

«Varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno»
Jesús de Nazareth

Obviamente esto no significa que no haya una relación fraterna, solidaria y amorosa con los padres, ya que ellos nos atendieron y cuidaron en nuestros primeros años de vida; pero también en la vida hay decisiones que tendrán que tomar los propios hijos, es un hecho.

Interesante, la suegra de blanco.
Si la familia interviene de forma directa en una relación, va a haber problemas porque se darán criterios diferentes. No vamos a poder encontrar nuestros propios criterios. Muchas veces permitimos que esa intervención sea sobre temas muy personales de la pareja, inclusive como la decisión de cuándo tener hijos, si tenerlos o no, cuántos hijos, etcétera. Al final de cuentas, con quien nos casamos no fue del papá, la mamá o la abuela, sino de la pareja. Por lo tanto, tengamos el valor de cortar un poco las amarras con la familia. Si no cortamos esas amarras, denota un gran falta de madurez para asumir nuestra propia vida. Y en la mayoría de casos la que se va a ver más afectada obviamente es nuestra pareja ¿No se supone que la amamos? Entonces debemos cuidarla y aprender a trabajar como una sola carne en el desarrollo de nuestra familia. Para eso nos hemos casado, porque hay confianza y cariño.


Idealizar a la pareja

Otro error es la idealización. Cada uno suele creer que la persona tiene una serie de cualidades que en realidad no tiene. Nunca las tuvo. Es lo que nosotros hemos querido ver en la otra persona, como etiquetas que les ponemos, y lo que sucede es que con el tiempo esas etiquetas caen y uno dice "cómo ha cambiado". Pero, en realidad, nunca cambió. Siempre fue de esa manera. Hay que aprender a ver en la pareja sus reales cualidades y defectos, pero no conformarnos ¿En qué sentido? Para responder esto primero tenemos que entender que no hemos venido al mundo para cometer los mismos errores reiteradamente. Cuando identificamos un defecto en nosotros no debemos quedarnos con los brazos cruzados, sino trabajar en ello para ser mejores cada día, mejores hijos, amigos, enamorados, novios, esposos, etcétera. En el caso de encontrar un defecto a nuestra pareja lo primero que debemos hacer es observarnos.

«Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo;cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo.»
Confusio

¿Qué es un defecto? o mejor aun, ¿Qué podemos considerar un defecto?. Si pensamos que un defecto puede ser el cocinar mal, el no tener un buen cuerpo, el no ser alto, el no tener bustos grandes, el no tener músculos desarrollados, el no correr rápido, etcétera. entonces estamos más ciegos que aquel qué no quiere ver. Un defecto es aquello que no es virtuoso. ¿Qué tal respuesta no? Lo pongo así porque continuación enumeraremos algunas virtudes. 

Amor, Fe, Esperanza, Equidad, Veracidad, Honestidad, Sinceridad, Honradez, Tolerancia, Paciencia, Solidaridad, Hospitalidad, Transparencia, Puntualidad, Disciplina, Austeridad (para vivir y administrar), Templanza, Control, Perseverancia, Sabiduría, Misericordia, Amabilidad, Rectitud de corazón, Generosidad, Benignidad, Bondad, Piedad, Prudencia , Sobriedad, Integridad, Seriedad, Fidelidad, Lealtad, Abnegación, Obediencia , Valentía, Humildad, Sencillez , Discernimiento, Fortaleza, Espiritualidad, Justicia, Inteligencia, Altruismo.


«La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos
Rey Salomón

Y bueno, acerca de los defectos, que mejor forma de enseñar o corregir por medio del ejemplo. Hay más virtudes y lo mas interesante es que lo más seguro es que ninguno de nosotros las tengamos, pero no lo tomemos como un defecto, sino como una OPORTUNIDAD para crecer no solo como pareja o persona, sino espiritualmente. Ayudando así en esta gran labor de sanar nuestra civilización. Sacarla del materialismo en la que se ah sumergido. El materialista es aquel ciego que no quiere ver, pero al igual que nosotros, tenemos el mismo Padre y por ende somos hermanos de una misma familia, espero que hayan entendido lo que quiero expresar. Y para el que no entendió, una pista del gran mensaje que eh querido expresar se encuentra en la primera linea de este párrafo, esta en negrita. 


«Si consideras esta información útil compártela con los demás, ayuda en esta labor y ayúdame a ayudar.»

miércoles, 12 de enero de 2011

ERRORES QUE MATAN EL AMOR DE PAREJA (PARTE I)

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Continuación del tema:

El tema de hoy trata acerca de los errores que se pueden cometer en las relaciones de pareja. Nosotros habitualmente llamamos "amor" a lo que en realidad es otra cosa, como puede ser la pasión, encantamiento, ilusión, idealización, porque en realidad el Amor es un sentimiento. Un sentimiento es algo que uno trabaja, cultiva, a lo largo de la vida.

Otra cosa es la pasión, la emoción o el gusto. Por ejemplo: me puede gustar el chocolate, como me puede gustar alguien. Pero después que me comí el chocolate, ya se acabó. Eso es acerca a lo que podemos llamar gusto o pasión.

La emoción y, más precisamente, la pasión son cosas que desbordan a las personas, y no sabemos cómo comportarnos o qué hacer. Nos desesperamos, abandonamos trabajos, dejamos estudios, derrochamos dinero, perdemos oportunidades, etcétera. Lo dan todo. ¿Por qué? Porque estamos apasionados.

Sin embargo, está el Amor como sentimiento, que es más complejo y más difícil de desarrollar. ¿Por qué es más difícil? Porque tiene una serie de elementos que habría que trabajar, pero que, lamentablemente, si nosotros revisamos nuestra vida, en ningún momento nos han dictado o hemos permitido que nos den alguna cátedra de ello.

No aceptamos que alguien nos platique sobre ello, hay una vanidad en nosotros de que alguien nos enseñe sobre el amor. Y entonces, lamentablemente, lo confundimos con pasiones, emociones, gustos, ilusiones o encantamientos como ya se ha mencionado. Es más, desde adolescentes, desde muy jóvenes, los jóvenes varones o mujeres se reúnen y se ufanan de tener determinados conocimientos, - lo cual confirma su inmadurez - conocimientos sexuales o el saber cómo seducir, enamorar, encantar. Otros jóvenes se sienten con cierto poder porque "atraen".

En Nueva Acrópolis, a la luz de la Filosofía, hemos querido abordar el tema porque la filosofía nos da muchas herramientas para la vida, para encontrarle un sentido a las cosas que estamos haciendo. Hay muchas frases o muchas situaciones que se presentan en las relaciones de pareja. No nos damos damos cuenta de que justamente son esos los errores que alimentamos y generar el posterior fracaso, separación y dolor:

"Yo lo voy a cambiar con mi amor"

Un error es pensar en esta frase, que se da con mayor tendencia en la mujer. Se encuentran con una persona con la cual se establece una relación de pareja o inclusive se llega al matrimonio. Encuentran algo que es un defecto. Entonces piensan, se convencen y dicen: "Yo, con el amor que le voy a dar, lo voy a transformar, lo voy a cambiar".

Hay que partir de la realidad de que cada uno de nosotros tiene una naturaleza, una manera de ver y de entender la vida. Si bien es cierto que podemos inspirar o tener la inspiración de una pareja, que nos mueve a hacer ciertas cosas, verdaderamente la capacidad de cambio para transformar un defecto o un aspecto negativo, va a depender de la misma persona que lo padece.

No porque hagamos determinadas acciones la otra persona va a cambiar. La decisión de cambio está en uno, y si uno no descubre esa decisión de cambio, no lo logrará.

Hay un complejo de "hombre sacrificado" o "mujer sacrificada": "yo me inmolo para que tú cambies", "porque te amo tanto te voy a cambiar". Eso puede pasar al principio, pero va pasando el tiempo y nos damos cuenta de que eso no cambia.


Violencia Psicológica


«¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu  hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y eh aquí la viga en el ojo tuyo? Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano»
Jesús de Nazareth

La violencia no necesariamente es física, puede ser psicológica, en la que se insulta, se trata mal; y esta situación se permite varias veces. Luego vienen las frustraciones. Empezamos a decir: "Los años que he dado, lo que yo he puesto de empeño para que esta situación cambie".

¿Por qué hacemos esto? Porque somos orgullosos, vanidosos, egoístas, violentos, etcétera. No nos gusta reconocer nuestros errores y no entendemos que con la pareja deberíamos ejercer un trabajo de equipo en donde debería haber una comunicación fluida.

«No deberíamos considerar los fallos de los demás, ni lo que los otros han hecho o dejado de hacer, sino nuestros propios actos cometidos u omitidos»
Siddharta Gautama

¿Por qué permitimos esto? Porque tenemos miedo a quedarnos solos, miedo a pensar que no vamos a tener a nadie. Es el querer "amor" a cualquier precio aun sin conocerlo y confundirlo con pasiones o impulsos.


Miedo a la soledad y la falta de comunicación

A veces uno oculta situaciones porque piensa que se va a quedar solo. ¿Por qué le tenemos miedo a la soledad? Es también una de las razones por las cuales formamos parejas casuales o repentinas. Fíjense cómo a veces ocurre que llegamos a casa e inmediatamente se quiere encender el equipo de sonido, el televisor. Es automático. ¿Por qué a veces no podemos estar en silencio? ¿Por qué no encontrar, en esos momentos de soledad, momentos de reflexión? Si yo estoy aturdido a lo largo de todo el día, es muy difícil que yo pueda realizar alguna reflexión sobre la vida.

Tenemos que saber encontrar gusto a esos momentos de soledad, y también a una buena conversación con esa persona con la cual uno está a gusto. Porque si no existe momentos de conversación con es persona que amas, existirá un pobre relación. Faltará calidad. Si justamente con la persona que amas, con quien vas a compartir tus sueños, tus derrotas de un día, tus frustraciones no puedes compartir todo ello, qué triste. Y también va a ser un error que tarde o temprano va a matar el amor, porque entonces, ¿para qué estamos juntos?.


Las relaciones rápidas

En nuestra época estamos muy acostumbrados a establecer relaciones muy rápidas. A veces uno pregunta: ¿Y desde hace cuánto tiempo conoces a tu enamorado? La respuesta es que hace una semana y que lo conoció por Internet. Que rápido! Con respecto a esto, hay leyes que tendríamos que aprender de la naturaleza: las cosas que suben rápido, caen rápido.

Las relaciones que empiezan rápido, se acaban rápido. Seguramente habrá excepciones. Es probable, pero esa es una excepción que confirma la regla. Lo normal, lo habitual, es diferente.

«Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.»
El Kybalion.

Esto es tomando en cuenta que muchas de las relaciones que empiezan rápido son solo a base de simples impulsos y hasta instintos. Eso no es amor verdadero, porque ninguno tomo las riendas y acepto a la pareja con sus actitudes sino fue algo llevado por el viento de los impulsos y prácticamente fue inconsciente.

¿Por qué hoy día hay tantos divorcios, separaciones? Porque hay una falta de conocimiento y de saber de verdad quién es el otro.  Porque la pregunta es: ¿Yo conozco todo de la otra persona? ¿Cómo se pone cuando se enfurece? ¿Cómo trata a las personas necesitadas? ¿Tiene algún pasatiempo productivo? ¿Cómo es cuando esta triste, cuando se deprime? Cuando no tiene dinero, ¿que hace? ¿le gusta gastar? Porque en este mundo materialista el dinero a tomado tanta importancia que este es una de las situaciones más típicas de conflicto. Hay estadísticas que indican que un gran porcentaje de rompimientos matrimoniales son por dinero.

Todo es casi perfecto si tenemos dinero o comodidades, pero cuando no hay dinero surgen las discusiones acaloradas. En esos momentos críticos se conoce a la pareja. Aparecen los reproches y culpas: "lo que pasa es que tú eres derrochadora", "lo que pasa es que tú sales con tus amigos". Es un ataque cruzado; cada uno hecha la responsabilidad al otro. Esto no debe ser así, para empezar si uno encuentra actitudes que no favorecen a la relación se debe solucionar en este mismo momento. Por algo es tu pareja, porque hay confianza!. Pero claro como va a ver confianza si no lo conoces lo suficiente. ¿Valla enredo no?.

Tenemos que ser capaces de poder conocer y comprender profundamente a la otra persona. Después encontramos sorpresas: "Yo no sabía, ¿así eras tú?" Hay secretos que no se conocen y generan conflictos, dolores, porque no se fue sincero.

Después de todo, si de verdad nos amamos, tenemos que compartir las cosas en general, no los detalles de lo que hemos vivido, pero sí a las situaciones generales, experiencias que podamos haber vivido ya sean positivas o negativas, lo que hemos aprendido a lo largo de los años, las equivocaciones que hemos tenido.

Comparar mi relación actual con otra del pasado

Esto es un error fatal. Y decimos "mi ex era cariñoso", "mi ex tenia un mejor trabajo", "mi ex cocinaba mejor", "mi ex hacia más ejercicio". Estas situaciones maltratan mucho. No podemos comparar. No es leal ni correcto. Cada relación es única, que ser humano es único, cada uno tiene una virtud, tiene algo que dar, tiene algo que contribuir. Hay relaciones de pareja que durante años han permitido que estén viviendo a la sombra de una persona del pasado. Claro no esta físicamente, pero ahí la tienen. No podemos permitir que eso suceda bajo ningún pretexto. Ademas, por algo es "la relación del pasado": Porque fracasó. Las relaciones del pasado tienen que servir únicamente para aprender de las experiencias o de los errores que hayamos podido cometer para no volverlos a repetir; de ninguna manera para compararla con la relación actual.


Buscar imponerse a la pareja y tener el dominio

Es otro error. ¿Quién tiene el liderazgo en la relación? Esta situación genera también conflictos. "Es que yo mando acá porque soy el varón". "No, este es un matriarcado", dice la mujer. ¿Por qué discutimos sobre quién manda a quién? Si nosotros queremos encontrar un rumbo común, seguramente habrá situaciones donde él decidirá o ella decidirá.

Claro, viene otro error, y es pensar: "Es que yo traigo el dinero, ¿Cómo me va a quitar el poder?". Porque también ésa es otra manera de generar poder: "Yo traigo el dinero, yo trabajo. Por lo tanto, me aguantas". Impresionante. ¿Por qué tengo que aguantar?.

" Quien se desdobla quedará entero. Quien se inclina será enderezado.
Quien esta vacío será llenado. Quien anda andrajoso será adornado.
Poseer poco es adquirir. Poseer mucho es el error.
Por eso el sabio está consigo mismo y se vuelve arquetipo del mundo.

No se luce y por eso resplandece.
No se justifica y por eso brilla.
No se alaba y por eso es alabado.
No se exalta y por eso es exaltado.

Como no rivaliza con nadie en el mundo no hay quien compita con él.

Ciertamente, no son palabras vanas el antiguo dicho: "Inclínate, y estarás completo."
Más aún: si has alcanzado realmente la plenitud, todas las cosas acudirán en tropel a ti. "
Lao Tsé

También se da una gran inseguridad de parte de ella: "Si yo me peleo o me divorcio, no tengo dinero". Eso no es una relación profunda y real. Es una relación de manipulación: "Yo te pago, tú aceptas y vivimos juntos".

Habría que cuestionarnos y preguntarnos sobre el tipo de relaciones que tenemos o que esperamos tener. Es mejor dar marcha atrás sobre un camino cuando recién se está empezando, que querer hacerlo cuando ya se ha recorrido bastante tiempo.

Para algunas cosas podemos ser buenos y para otras cosas no. Tenemos que empezar partiendo de eso: en nuestra relación de pareja o de matrimonio, qué vas a hacer tú y qué voy a hacer yo, y en qué vamos a contribuir. Se empieza a generar una comunicación interesante, porque no somos iguales, somos diferentes.

La pareja debe trabajar junta, como un equipo, y contribuir lo mejor para que la relación amorosa crezca, de no ser así, porque alguno o ambos de los integrantes de la relación dedica la mayor parte del tiempo en satisfacer su ego simplemente no es un amor verdadero y a duras penas durará.

sábado, 8 de enero de 2011

¿Trabajo o Parasitismo?

Jesús el Cristo logró todo. Él era consustancial con el Padre. El Que está unido al Padre no necesita nada «terrenal». Él está listo para aceptar la muerte del cuerpo y resucitar completamente en el Padre. El cuerpo para Él no es sino un impedimento, y sólo la Voluntad del Padre Le hace sostener la existencia del cuerpo.

Jesús no vivió para Sí Mismo, Él vivió para las personas. Y les dio todo lo que tenía, todo de Él Mismo. Él aconsejaba hacer esto a Sus seguidores. ¿Porqué necesitan ustedes algo «terrenal»? Nosotros estamos trabajando, predicando la Verdad, sanando a las personas, ellas se alegran cuando las visitamos, ellas nos alimentan, tenemos ropa y se nos da un resguardo durante la noche. ¿Qué más necesitamos en la Tierra? ¡Busquen al Padre entonces! Y no tengan resentimiento para dar a los demás lo que ustedes tienen.


«(…) No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa. Consideren los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valen ustedes que las aves! (…) Consideren los lirios, cómo crecen; no trabajan ni hilan; pero les digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. (…) No se afanen por lo que han de comer o de beber, y no estén preocupados (por todo esto). Porque las gentes del mundo buscan ansiosamente todas estas cosas; pero su Padre sabe que necesitan estas cosas. Mas busquen el Reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas. ¡No temas, rebaño pequeño! (…) Acumulen un tesoro inagotable en los Cielos, donde no se acerca ningún ladrón (…). Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón»
(Lucas 12:22-34).

Es más, un día, «(…) un cierto hombre prominente Le preguntó, diciendo: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”. (…) Y Jesús le dijo: “Te falta todavía una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres (…) y ven, sígueme”» (Lucas 18:18-22).

Jesús supo que este hombre podía hacer un progreso, si se decidía a hacerse Su discípulo. Pero él no deseaba convertirse en un discípulo. ¿A quién se dirigía Jesús, cuando propuso renunciar a todo lo «terrenal»? ¿A las personas dignas de llegar a ser Sus discípulos o a todas las personas? Por supuesto, a los primeros.

Quiénes eran dignos de volverse los discípulos más íntimos de Jesús? ¿Ociosos y parásitos? ¡No! Jesús esperaba pasar a Sus discípulos más íntimos el conocimiento más alto. Éstas son etapas finales de la evolución personal de las almas humanas. Y uno tiene que repararse a sí mismo para éstas, desarrollando en sí mismo el Amor, la Sabiduría y el Poder a través de los asuntos terrenales: a través del amor familiar, a través de proporcionarse para sí mismo y su propia familia, ayudando a los amigos y cualquiera a quien pueda ayudar, defendiéndolos de los delincuentes, esforzándose por mejorar la vida de todas las personas… Y solamente cuando el hombre se haya desarrollado a sí mismo en todos estos asuntos exotéricos, llegará el tiempo para el trabajo esotérico serio, con el propósito de conocer a Dios el Padre y unirse con Él.

Sólo unos pocos son capaces de lo último. El resto tiene que perfeccionarse, en primer lugar, a través del trabajo por el bien de los demás. Y sólo el que trabaja, sólo él «es digno de su comida» (Mateo 10:10). Es «el obrero (quien) es digno de su salario (…)» (Lucas 10:7). Es el que trabaja digno del bienestar.

«¿Quién sirve como un soldado a sus propias expensas cualquier día? ¿Quién  planta una viña y no come de su fruta? ¿Y quién pasta a un rebaño y no se alimenta de la leche del rebaño? ¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la ley esto mismo? Pues en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey cuando trilla. ¿Acaso Le preocupan a Dios los bueyes? ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotros, porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de participar de la cosecha»
(1 Corintios 9:7-10).

Jesús y los apóstoles no cultivaron trigo, no pastaron ganado, no construyeron casas. Pero ellos sirvieron ;a las personas con el servicio más alto: el servicio que estas personas no podían realizar por sí mismas. Ellos mostraron el camino a Dios. ¡Y así, merecieron comida!.

Por lo tanto, la pregunta es: ¿debemos estimular el parasitismo de las personas, consentirlos en esto? ¿Las dañamos o las ayudamos con esto?. Pero que nadie concluya de lo antedicho que nunca debemos compartir, dar o regalar. Por supuesto que debemos hacerlo, y no sólo dinero o bienes materiales, sino también dar el conocimiento para que la vida de esa persona sea orientada a la búsqueda de la Verdad y el Amor. Ésta es una manifestación de nuestro amor. Pero hay que regalar al que es digno de recibir. Esto será un hecho de sabiduría.

"No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen."
(Mateo 7:6).

Recordemos las palabras de Jesús:

«Bienaventurado el hombre que ha trabajado: él ha encontrado la vida (correcta)»
(El Evangelio de Tomás, 58).


¿Trabajo o Parasitismo?

"Porque en la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.

De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta; en la exhortación; el que reparte, hágalo con generosidad; el que preside, con seriedad; el que hace obras de misericordia, que las haga con alegría.

El Amor sea sin hipocresía. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no seáis perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal."
(Romanos 4:21)

sábado, 1 de enero de 2011

Lucha contra el Ego Inferior

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Para lograr la Meta Más Alta, la Unión con el Padre Celestial, uno no sólo necesita entrar en lo Más Alto «Cielo», sino también dominar el disolverse a sí mismo en la Conciencia del Padre, eliminando su propia localidad.

Pero incluso, el amor completo hacia un prójimo no es posible sin la habilidad de ver una situación desde su punto de vista, con «sus ojos». Y para esto necesita no sólo experimentar uno mismo en su propio cuerpo, sino también en unión con la persona (personas) que cuidamos.

Esto pueden ser colectividades pequeñas, como hombre y mujer enamorados, o colectividades grandes: de producción, científicas, militares y religiosas. Un buen comandante guía exactamente de esta manera: experimentando uno mismo como una colectividad entera, como un organismo; el cuidado sobre «sí mismo» y «el interés personal» desaparecen, la sensación del «yo» se disuelve en todos. Y todos se vuelven coesenciales al líder en su auto-sensación, el cuidado sobre ellos prevalece por encima del cuidado de sus cosas personales. Ésta es la realización de los preceptos:

«(…) Amarás a tu prójimo como a ti mismo (…)»
(Mateo 22:39)

«¡Ama a tu hermano (…), cuídalo como la pupila de tu ojo!»
(El Evangelio de Tomás, 25).

Un hombre de Amor empieza a aprenderlo en grupos sociales pequeños, y cada vez en los más y más grandes.

Este tipo de trabajo meditativo tiene como resultado un crecimiento gradual de la conciencia del líder y mientras más tierno, sutil y cuidadoso sea el amor del líder, mejor es este crecimiento. Jesús presentó otro ejemplo de disolverse a sí mismo en el amor, la cual es fundamental para nuestra unión con Dios quien es el Origen de todo. Jesús lo represento mediante una imagen meditativa de una vid.(Juan 15:1-16), la cual aconsejo que lean y mediten sobre ello.


"Vacía tu ego completamente; abraza la paz perfecta. 
El mundo se mueve y gira; obsérvale regresar a la quietud. 
Todas las cosas que florecen regresarán a su origen."
(Lao Tsé - Tao Te King 16.)

Lo opuesto a tales líderes es aquel al que se ha llamado con una palabra rusa samodur: un necio con un sentimiento de auto-importancia altamente desarrollado que se manifiesta en forma de orgullo.