martes, 18 de enero de 2011

ERRORES QUE MATAN EL AMOR DE PAREJA (PARTE II)

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Primera parte:


Basar la relación en el aspecto sexual

La parte sexual, lo sabemos todos, en determinando momento pasa. Van pasando los años y pasa. Ahí viene otro error, si únicamente tenemos interés en el aspecto físico, claro, cuando soy joven todo está bien, pero ¿Qué ocurre cuando pasan los años y el aspecto físico envejece? Pueden ocurrir dos cosas distintas:

Por un lado, algo adicional me tendrá que gustar, me gustará su cariño, su ternura, su fortaleza, su optimismo, su dedicación, su atención, etcétera. Tendremos que entender, tal vez de algún modo desganados, que si nosotros queremos compartir con ese alguien a quien queremos amar de verdad, aceptaremos por igual esos años donde eramos jóvenes y esos años donde el cuerpo físico de mi compañero(a) ya no es tan atractivo como antes. Compartiremos alegremente y con optimismo aquellos años buenos y no tan buenos, por decirlo así.

¿Y en el otro? Nos encontraremos con una desesperación que generalmente se manifiesta en infidelidad. Aquellas personas no han conocido el significado del amor, puesto que solo han sido llevados a obrar por sus impulsos e instintos. Y el amor es mucho más que ello, como ah sido explicado varias veces anteriormente


Creer que los hijos "arreglarán" una relación

Un error típico cuando hay crisis es pensar: "con un hijo lo vamos a solucionar". Eso es una mentira, ¿Por qué queremos hacer responsable a un nuevo ser de nuestros fracasos, de nuestros desencuentros? ¿Por qué traer a un nuevo ser esperando que "así nos vamos a unir más"? Los problemas que no se pudieron solucionar entre los dos, menos se lograrán solucionar de a tres.

No obstante, es posible que mejore la situación durante un tiempo, pero después seguirán las desavenencias. Y, lamentablemente, se utiliza esta situación para manipular: "¿Y qué va a ser de nuestro hijo si te vas?" Manipulamos moralmente a una persona por eso. Los hijos no solucionan los problemas de pareja, los hijos son seres a quienes tenemos que atender no usar. No subestimemos a los niños; los padres piensan que no se dan cuenta y, aunque sean muy pequeños se dan cuenta de lo que está pasando. Se dan cuenta cuando hay crisis, se dan cuenta cuando sus padres no se quieren y, lo que es más tremendo, estamos dándoles modelos de vida lamentables a nuestros hijos de lo que nosotros estamos viviendo.

Otro problema con respecto a la relación y los hijos es la crianza "Niño-Céntrica". Primero tenemos que entender que la relación es esposo-esposa. Los hijos son invitados a ser parte de la familia ya existente: esposo y esposa. Los hijos no complementan la familia sino que la expanden. La influencia más poderosa sobre sus hijos no vendrá de su papel como mamá o papá, sino de su papel como esposa o esposo ya que la necesidad emocional de los niños es saber que su mundo (papá y mamá) es seguro. La buena relación entre los padres establece esa confianza.

«Lo mejor que puede hacer un padre por sus hijos es amar a la madre de ellos»
Edwin Louis Cole

Si los padres dejan su primer amor del uno al otro, y se enfocan excesivamente en sus hijos, estarán dando el primer paso para la ruptura familiar. Haciendo esto traen el mundo familiar a su hijo, en vez de traer a su hijo al mundo familiar. Los sentimientos del niño son puestos por encima de sus acciones aun incorrectas y por lo resaltado anteriormente, así se va afectando al relación.

Cuando los niños llegan, la vida no se detiene, posiblemente parezca que disminuye la velocidad, pero no se detiene. Usted no dejó de ser esposa o esposo.


Los problemas se arreglan teniendo relaciones íntimas

Típico error es pensar que los problemas se arreglan con las relaciones sexuales. Pensar que los problemas se solucionan con momentos apasionados es como pensar que lavándome las manos aprobare el examen final de química.

El placer sexual es algo natural en la pareja, en las personas. Pero querer solucionar los problemas de fondo con algo momentáneo no es ético ni mucho menos lo correcto. Las cuestiones de verdad no se solucionan con eso. A lo máximo pueden funcionar como un dique, una represa: puedo mantener para que no desborde el agua, pero hay un momento en que inevitablemente se va a desbordar. Entonces, el sexo es una respuesta de corto alcance. Es mucho más saludable que enfrentemos la situación y tomemos un decisión firme, porque sino, estamos comprando la decisión, ya no con dinero, pero sí por un momento de placer.

Lo más interesante es que muchas personas se valen del sexo para pedir "perdón". Y definitivamente esto no es así. Si realmente aceptan que han actuado mal o que no están contribuyendo con  la relación como debe de ser, tal como no actuar con la responsabilidad y consideración que se debe asumir con la pareja, lo que simplemente se debe hacer es no volver a cometerlo. El arrepentimiento no se basa en pedir disculpas o estar diciendo "perdóname, perdóname"o "por favor, discúlpame", sino en dejar de hacer aquello que este lastimando la relación y mucho peor es en valerse del sexo para "conseguirlo", esto es absurdo y un error grave. Y tanto el estar en "discúlpame, perdóname" como ofrecer el cuerpo no solucionaran el problema y lo único que lograra es agravar el problema, ya que el problema no ha sido solucionado, solo aplazado, y al volver a ocurrir las incidencias que dañan la relación no solo se acabaran los "comodines" sino que se tomaran como mentiras.


Permitir que la familia se inmiscuya

Otro error es dejar que la familia se inmiscuya en nuestra relación: "es que mi mamá hacía las cosas así", "yo quiero que tú hagas las cosas como mi papá". Hay que asumir que ya somos adultos y actuar como tales: No podemos vivir dependiendo del papá o la mamá.

"Tus hijos no son tus hijos, son los hijos de la vida". Eso es algo que los padres tenemos que entender alguna vez en la vida. Proyectamos nuestros propios anhelos hacia los hijos: Si yo soy abogado, quiero que sea abogado; si yo soy ingeniero, quiero que sea ingeniero; si yo soy empresario, quiero que sea empresario.Queremos que viva los sueños que nosotros hemos tenido, nos inmiscuimos al querer tomar las decisiones de su vida por ellos.

Pero, también tendríamos que preguntarnos qué quieren nuestros hijos, qué sueñan nuestros hijos y qué está buscando. Dejar que se desarrollen y en un algún momento tendrán que volar, encontrar su pareja.

«Varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno»
Jesús de Nazareth

Obviamente esto no significa que no haya una relación fraterna, solidaria y amorosa con los padres, ya que ellos nos atendieron y cuidaron en nuestros primeros años de vida; pero también en la vida hay decisiones que tendrán que tomar los propios hijos, es un hecho.

Interesante, la suegra de blanco.
Si la familia interviene de forma directa en una relación, va a haber problemas porque se darán criterios diferentes. No vamos a poder encontrar nuestros propios criterios. Muchas veces permitimos que esa intervención sea sobre temas muy personales de la pareja, inclusive como la decisión de cuándo tener hijos, si tenerlos o no, cuántos hijos, etcétera. Al final de cuentas, con quien nos casamos no fue del papá, la mamá o la abuela, sino de la pareja. Por lo tanto, tengamos el valor de cortar un poco las amarras con la familia. Si no cortamos esas amarras, denota un gran falta de madurez para asumir nuestra propia vida. Y en la mayoría de casos la que se va a ver más afectada obviamente es nuestra pareja ¿No se supone que la amamos? Entonces debemos cuidarla y aprender a trabajar como una sola carne en el desarrollo de nuestra familia. Para eso nos hemos casado, porque hay confianza y cariño.


Idealizar a la pareja

Otro error es la idealización. Cada uno suele creer que la persona tiene una serie de cualidades que en realidad no tiene. Nunca las tuvo. Es lo que nosotros hemos querido ver en la otra persona, como etiquetas que les ponemos, y lo que sucede es que con el tiempo esas etiquetas caen y uno dice "cómo ha cambiado". Pero, en realidad, nunca cambió. Siempre fue de esa manera. Hay que aprender a ver en la pareja sus reales cualidades y defectos, pero no conformarnos ¿En qué sentido? Para responder esto primero tenemos que entender que no hemos venido al mundo para cometer los mismos errores reiteradamente. Cuando identificamos un defecto en nosotros no debemos quedarnos con los brazos cruzados, sino trabajar en ello para ser mejores cada día, mejores hijos, amigos, enamorados, novios, esposos, etcétera. En el caso de encontrar un defecto a nuestra pareja lo primero que debemos hacer es observarnos.

«Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo;cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo.»
Confusio

¿Qué es un defecto? o mejor aun, ¿Qué podemos considerar un defecto?. Si pensamos que un defecto puede ser el cocinar mal, el no tener un buen cuerpo, el no ser alto, el no tener bustos grandes, el no tener músculos desarrollados, el no correr rápido, etcétera. entonces estamos más ciegos que aquel qué no quiere ver. Un defecto es aquello que no es virtuoso. ¿Qué tal respuesta no? Lo pongo así porque continuación enumeraremos algunas virtudes. 

Amor, Fe, Esperanza, Equidad, Veracidad, Honestidad, Sinceridad, Honradez, Tolerancia, Paciencia, Solidaridad, Hospitalidad, Transparencia, Puntualidad, Disciplina, Austeridad (para vivir y administrar), Templanza, Control, Perseverancia, Sabiduría, Misericordia, Amabilidad, Rectitud de corazón, Generosidad, Benignidad, Bondad, Piedad, Prudencia , Sobriedad, Integridad, Seriedad, Fidelidad, Lealtad, Abnegación, Obediencia , Valentía, Humildad, Sencillez , Discernimiento, Fortaleza, Espiritualidad, Justicia, Inteligencia, Altruismo.


«La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus huesos
Rey Salomón

Y bueno, acerca de los defectos, que mejor forma de enseñar o corregir por medio del ejemplo. Hay más virtudes y lo mas interesante es que lo más seguro es que ninguno de nosotros las tengamos, pero no lo tomemos como un defecto, sino como una OPORTUNIDAD para crecer no solo como pareja o persona, sino espiritualmente. Ayudando así en esta gran labor de sanar nuestra civilización. Sacarla del materialismo en la que se ah sumergido. El materialista es aquel ciego que no quiere ver, pero al igual que nosotros, tenemos el mismo Padre y por ende somos hermanos de una misma familia, espero que hayan entendido lo que quiero expresar. Y para el que no entendió, una pista del gran mensaje que eh querido expresar se encuentra en la primera linea de este párrafo, esta en negrita. 


«Si consideras esta información útil compártela con los demás, ayuda en esta labor y ayúdame a ayudar.»

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