lunes, 26 de julio de 2010

La ley del Dharma

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"En proporción a la realización que obtenga el hombre de la existencia del Espíritu Subyacente inmanente en su propio ser se elevará en la escala de la vida. Esto es lo que significa el desarrollo espiritual; el reconocimiento, la realización y la manifestación del Espíritu interior. Recuérdese siempre esta definición (la del desenvolvimiento espiritual), porque contiene la verdad de toda verdadera Religión" 

El vocablo sánscrito "Dharma" se traduce como ‘religión’, ‘ley natural’, ‘orden social’, ‘conducta adecuada’ o ‘virtud’ y significa "propósito en la vida". Esta ley dice que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito. El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad adopta la forma humana para cumplir un propósito. De acuerdo con esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera única de expresarlo. Hay una cosa que cada individuo puede hacer mejor que cualquier otro en todo el mundo, y por cada talento único y por cada expresión única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Cuando estas necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento, se produce la chispa que crea la abundancia.

La ley del Dharma tiene tres componentes:

El primero dice que cada uno de nosotros está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.

"No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales"

El segundo es la expresión de nuestro talento único. La ley del Dharma dice que cada uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.

El tercero es el servicio a la humanidad, servir a los demás seres humanos y preguntarse:

"¿Cómo puedo ayudar?"
"¿Cómo puedo ayudar a todas las personas con quienes tengo contacto?"

Cuando combinamos la capacidad de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos plenamente la ley del Dharma. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de lograr la abundancia. Y no se trata de una abundancia transitoria; ésta es permanente en virtud de nuestro talento único, de nuestra manera de expresarlo y de nuestro servicio y dedicación a los demás seres humanos.

Si deseamos utilizar al máximo la ley del Dharma, es necesario que nos comprometamos a hacer varias cosas:

Primer compromiso: Por medio de la práctica espiritual buscaremos nuestro yo superior, el cual está más allá de nuestro ego.

Segundo compromiso: Descubriremos nuestros talentos únicos, y después de descubrirlos disfrutaremos de la vida, porque el proceso del gozo tiene lugar cuando entramos en la conciencia atemporal. En ese momento, estaremos en un es tado de dicha absoluta.

Tercer compromiso: Nos preguntaremos cuál es la mejor manera en que podemos servir a la humanidad. Responderemos esa pregunta, y luego pondremos la respuesta en práctica. Utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades de nuestros congéneres los seres humanos; combinaremos esas necesidades con nuestro deseo de ayudar y servir a los demás.

¿Qué sucede en la actualidad?

En nuestra cotidianidad el hombre ha asociado el éxito con los bienes materiales, el dinero, poder, fama, prestigio porque hemos olvidado quiénes somos, pero también porque nos indicaron seudopatrones de conducta: "consigue una gran casa, un buen trabajo, un titulo, un esposo , una esposa , ten tus hijos, cómprate varios carros, después varias lanchas, una casa de playa, una moto, carros deportivos y serás feliz". Esta es la creencia con la que hemos crecido la mayoría de las personas. Nadie nos dijo: "Sé feliz y luego discierne qué quieres hacer con tu vida para desarrollar tus talentos, virtudes y cualidades". Tenemos que dar vuelta el concepto: primero hay que buscar la felicidad y experimentar lo que ella nos ofrece en nuestro presente, porque, tal vez tenemos otras necesidades que las que nos prescribieron de pequeños, y aún cuando fueran esas nuestras necesidades, una vez que tengamos todos los carros, todos los bienes materiales, todos los apartamentos, y todo lo que quieras, siempre vas a estar vacío porque rechazas ir en la corriente de la esencia de la vida.

La ley de Dharma transmite buscar un acercamiento espiritual al éxito y a la abundancia, en el sendero de su aplicación nos encontramos con, en nuestro diario vivir hay que prestar atención consciente de que dar y recibir son sinónimos, porque si aprendemos a dar todo aquello que buscamos recibir, lo encontraremos. Con esto quiero decir: si lo que buscas enérgicamente es amor, tienes que aprender a dar diariamente amor; si lo que buscas es prosperidad ayuda a otros a que sean prósperos y dichosos.

La dicha, la prosperidad y la felicidad no requieren su estribamiento de cosas materiales, por tanto, todos podemos acceder a ellas cuando trabajamos en sintonía y armonía con nuestro entorno. En nuestro presente debemos tomar atención consciente de que el universo es energía y la forma de activar el recibir en nuestra vida es dando lo que buscamos incesantemente.

La vida es eterna pero sus manifestaciones son efímeras, en este momento hemos venido a conocernos, interaccionar, amarnos y compartir, si aprovechamos nuestro presente para patentizar nuestro deseos y convertirlos en realidad. Si utilizamos nuestro presente para compartir con nuestros seres queridos y expresarles nuestros sentimientos, si utilizamos nuestro presente para desarrollar nuestros talentos únicos estaremos activando la ley del Dharma. Es la ley del propósito en la vida. Todos venimos a la vida para cumplir un propósito y solamente nosotros podemos descubrir cuál es. El descubrir cómo expresar ese propósito y cómo usarlo para ayudar a los demás es parte de nuestro aprendizaje.

Esta ley se activa preguntándonos, cuando vamos a hacer algo.

"¿Cómo puedo ayudar con mi colaboración a esa persona ?"
En lugar de: "¿Qué gano yo con la ayuda que le presto a esa persona?"


Este solo cambio de pregunta interna, trae una gran evolución espiritual, hace que nuestro espíritu se haga presente y apoye nuestras acciones.

Las expectativas que tengas al comienzo de un nuevo trabajo, o al comienzo de un nuevo día, influyen grandemente en los resultados obtenidos. Tu actitud le dice al mundo qué es lo que esperas de él. Recuerda que tú NO vas a tener la clase de día, o la clase de relaciones, o la clase de vida que quieres tener. Tú vas a tener la clase de día, relaciones y vida que esperas tener. ¿Ves la diferencia? , porque todo el mundo quiere ser exitoso. Si le preguntas a cualquier persona, ella te confirmará que efectivamente ella quiere ser exitosa. Pero pregúntale si ella espera ser exitosa y escucha como cambia su respuesta. Muchos comienzan a dudar, muchos comienzan a preguntarse si tendrán lo que se necesita para ser exitoso, y ahí es donde te das cuenta de cuáles son sus verdaderas expectativas.

"Todo el mundo tiene un propósito en la vida, un don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es la meta última de todas las metas."


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