- Sobre la realidad y la muerte
- Mira a los demas como una parte de tu ser
- Tiene muchos nombres pero es el mismo
Y el niño pensaba: acabo de descubrir el primer principio. Existe un ser que creó todo lo existente, tiene muchos nombres y todos pueden percibir su existencia aunque lo llamen de diferentes formas; El es justo y bueno y todo lo que existe, existe por El. Me gustaría aprender más de Él. Y ahora, ¿dónde podré buscar el siguiente principio?
Sus pensamientos lo llevaban de una región a otra; tan sumergido se encontraba en sí mismo, que no observó que su camino lo llevaba directamente hacia la trayectoria de un gran cometa; cuando quiso reaccionar, el choque era inevitable y se vio de pronto arrastrado por la cola del cometa de una manera vertiginosa. Sus pensamientos fueron repentinamente interrumpidos y su única preocupación fue no perder el equilibrio y tratar de escapar cuanto antes de la fuerza tan poderosa que lo arrastraba. Sin embargo, el cometa ejercía tal arrastre sobre él, que, por más esfuerzos que hacía, no podía liberarse de su magnetismo, el cometa seguía una órbita elíptica alrededor de un gran sol.
El príncipe pensaba si era su destino terminar su vida atrapado en la cauda de un cometa, o bien si sería capaz de liberarse de él. Mientras hacía esfuerzos por liberarse, observó que el magnetismo del cometa lo atraía hacia el centro de él, vio que era más fácil caminar hacia el centro, que buscar alejarse de ese astro que lo arrastraba. El se decía a sí mismo, que no podía ser que a principio de su camino, tuviera que pasar por un peligro de tal magnitud. Empezaba a desesperarse y a lamentar el no tener a sus padres ni a nadie que le ayudara, cuando, entonces, decidió caminar hacia el centro del cometa buscando llegar a tocar su superficie. Avanzando lentamente por la cauda, observó que lo que parecía ser la superficie, en realidad no era sino un cúmulo de gases. Siguió hacia el centro hasta llegar a una extraña región que no era posible ser observada desde el exterior; sumergida entre nubes se encontraba una tierra misteriosa.
Una vez dentro, un extraño ser se le acercó y le increpó diciendo:
_Lamento decirte, pequeño niño, que vas a ser la siguiente víctima en honor a nuestro Dios-. El niño no podía dar crédito a lo que estaba escuchando y preguntó su explicación, a lo que el ser respondió:
_Este cometa viaja por el universo atrapando a seres para ser sacrificados en honor a nuestro Dios, y el niño respondió:
_ ¿Cómo es posible, que siendo Dios un ser justo, que no desea sino la felicidad y el gozo de todas sus criaturas, ustedes puedan hacer sacrificios a ese Dios?
_ ¿De qué otra manera podemos dar gracias a ese Dios que nos ha protegido por tanto tiempo?_, contestó el ser. Y el niño continuó su diálogo.
_ ¿Cómo saben que ese Dios les agradece a ustedes sus sacrificios?
_Porque nos sigue protegiendo, dijeron.
_Aun así, puede ser que Él los proteja aun sin dedicarle sacrificios.
_Tal vez, pero no podemos arriesgarnos, lo mejor es continuar con las tradiciones que nuestros ancestros nos dejaron, tú tendrás que morir en honor a nuestro Dios y esa es la última palabra.
Dicho esto, aparecieron otros seres que tomaron al niño por los brazos y lo condujeron hasta una celda. El niño se encontraba abatido; su camino apenas empezaba y la amenaza de morir a manos de desconocidos parecía ser inminente.
Recordó las palabras de su padre: “todo lo que necesites lo encontrarás dentro” y entonces empezó a buscar el significado oculto de esas palabras. ¿Cómo era posible que dentro de él se encontrara la solución a este problema? Observando tras la reja, veía las actividades de esos extraños seres; iban y venían intentando impulsar a su pequeña nave espacial convertida en cometa, alrededor de un maravilloso sol y, entonces, se atrevió a preguntarles:
_ ¿Por qué se empeñan en tener a su nave dando vueltas sin fin a través de un sol?
_Mira niño, este sol que tú ves es quien nos ha dado la vida y por eso a él le debemos entregar víctimas, para agradecerle la vida que nos ha concedido-. Y el niño siguió preguntando.
_ ¿Acaso ustedes pagan con muertes la vida que Dios les ha dado? Y los seres preguntaron:
_ ¿Cómo es que siendo tú tan pequeño, hablas con ese lenguaje tan complicado?, ¿cómo es que tú puedes hablar de Dios, si nosotros sabemos que es un ser del que no podemos decir nada?
_Tal vez ustedes no lo sepan, pero existe un principio en el universo, el principio que dice que Dios ha creado a todos los seres de la creación, incluyendo a ese sol alrededor del cual ustedes dan vueltas. Ese Dios del que les hablo tiene muchos nombres y sólo espera que sus hijos aprendan y comprendan los principios bajo los cuales fue creado todo el universo. Yo voy en busca de esos principios y ya encontré el primero; tal vez ustedes no lo sepan, pero también andan en busca de los mismos principios.
Y mientras el niño hablaba, los seres empezaron a acercarse a la reja y empezaban a verlo extrañados. Uno de ellos le preguntó:
_ ¿Quieres decir, que todos nosotros nacemos para ser felices y que eso es lo que quiere Dios?
_Exactamente, eso es lo que yo he aprendido. En otros planetas he observado a los seres cantar y bailar dando gracias a Dios y ese Dios los seguía protegiendo por igual.
_ ¿Quieres decir que ellos no hacían sacrificios?
_Exactamente, y también me encontré a una flor que me dijo que ella era la esperanza, porque Dios había querido que ella no muriera en un planeta que estaba casi desierto; El le dijo que, algún día, los hombres reconocerían la importancia de tener a una flor con ellos y la cuidarían, y la superficie entera de su planeta se multiplicaría por millones y, entonces, todos volverían a ser felices, pero cuidando unos de otros, no haciendo sacrificios.
Y los seres extraños, seguían llegando para oír la forma como el niño les hablaba.
_Un momento-, le dijeron _ si todo eso que dices es verdad, ¿cómo es posible que nosotros, durante tantos miles de años, nos hayamos mantenido vagando, dando vueltas en círculos interminables alrededor de este sol y nunca nadie nos explicó nada?
_Tal vez muchos quisieron hacerlo y ustedes los mataron sin darles oportunidad de ello.
Los seres se miraron unos a otros y, extrañados, abrieron la puerta del niño, lo tomaron de las manos y lo llevaron hasta una cámara escondida cuya entrada se veía sombría. Cuando iban pasando, el niño observó cajas de cristal con cuerpos de seres venidos de otras partes del universo.
_Mira, le dijeron, todos ellos vinieron antes que tú y todos fueron sacrificados, ahí están sus cuerpos, los mantenemos ahí porque es un honor ser sacrificados para nuestro Dios.
El niño sintió tristeza al ver esos cuerpos porque pensó que, tal vez, ellos iban, igualmente, en busca de los 10 principios y no lograron terminar. Se acercó a una de las cajas y con lágrimas en los ojos tocó el cristal y, entonces, escuchó una voz dentro de él que decía: “No estoy muerto, la muerte no existe, es simplemente el paso de un nivel de existencia a otro”. El niño se asombró y volteó hacia las caras de los seres a ver si habían escuchado esa voz; parecía que nadie había percibido nada. Siguió hacia la siguiente cripta, tocó con sus manos el cristal y escuchó, esta vez, a otra voz que decía: “Todas las cosas viven en el universo, tienen una razón de existir; Dios nunca habría creado algo para tenerlo muerto, cada cosa tiene una razón de existencia”. El niño, emocionado, siguió hacia la siguiente cripta y la tocó esperando escuchar algún mensaje. Esta vez escuchó una voz femenina que decía: “Al igual que tú, anduve en búsqueda de los 10 principios, pero mi viaje me llevó hasta otra región de existencia; ahora que los he encontrado, deseo volver nuevamente a la existencia de tu plano, retírate de la caja porque he escogido este momento para despertar”. Y, entonces, el niño, entendiendo el mensaje, volteó hacia los seres y les dijo:
_Pónganse de rodillas porque vamos a presenciar un acto que les demuestra que Dios únicamente quiere la vida para todos sus hijos.
Y los seres, asustados, se alejaron del niño y observaron, asombrados, cómo, el cuerpo de la criatura que se encontraba en la cripta, abría los ojos y se incorporaba y, entonces, el ser les dijo: “Ustedes sacrificaron mi vida hace ya mucho tiempo, hoy los perdono, pero deben aprender, que, en el universo, todo tiene vida, todas las cosas tienen la vida que Dios les ha concedido, nadie puede matar a nadie porque nadie tiene el derecho de hacerlo, sólo Dios quien ha concedido ese don a todas sus criaturas, es el único capaz de retirarlo. Enderecen sus vidas y entiendan que todo en la creación tiene una vida y que cuando aparece lo que ustedes llaman muerte, en realidad, no es sino el viaje que hace el ser desde este nivel en que ustedes se encuentran, a otro, tal vez más glorioso. Recuerden esto y nunca lo olviden”.
El ser femenino volteó hacia el niño y le dijo: “Gracias por darme la oportunidad de dar esta lección, entiéndela tú porque te la has ganado, es tu segundo principio. Tiempo es de alejarnos, tú seguirás tu camino y yo voy de retorno con los míos”. Tomando la mano del niño y haciendo un ademán, desaparecieron de la vista de los extraños seres. El niño se vio de pronto a sí mismo, nuevamente, en su rayo de sol en que viajaba y quedó pensando por unos momentos: He encontrado el segundo principio, pero lo he recibido de otra criatura; mi padre dijo que desconfiara de todo lo que escuchara, y mientras seguía recordando las palabras de su padre, una voz majestuosa habló dentro de él:
_El segundo principio es el que te enseña que...
“Todo lo que existe en la creación tiene vida, tal vez diferente de la tuya, pero todo tiene vida. Algún día llegará algo que tú reconocerás como la muerte, pero no será sino la entrada a otro mundo más maravilloso en donde tu aventura continuará”.
Y el niño siguió su camino, satisfecho de haber encontrado la segunda lección.
Tomado de: "Los principios del iniciado" - Kwan Yin
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