- Sobre la vida y las oportunidades
- Infierno y Paraíso
- ¿Porqué los conflictos?, ¿Porqué los permitimos?
- Cielo vs. cielo
No hay color de piel, sexo, religión ni cosa alguna por la que merezca la pena alterarse. No importa quiénes sean, ni la manera en que se expresen. No merece la pena juzgar a nadie, ámalos por lo más puro que vive dentro de su ser.
Entonces, por el solo hecho de existir, merecen ser amados. El hecho de que existan vale más que cualquier cosa que hagan. Ámalos porque son, pues mientras ellos sean ten por seguro que tú también serás. Si los amas sin reparar en quiénes son y dejas que ese amor simplemente sea, siempre te conservarás puro.
Hay que aprender a desplazar los juicios de la mente, debes ser consciente de tus sentimientos y de los pensamientos y emociones que los originaron. A través de esa conciencia, te enseñarás a ti mismo a ser más refinado en tu modo de pensar. Cuando te sientas triste, asustado, desesperado o experimentes algun sentimiento negativo como el odio o la envidia, examina tus pensamientos. Encuentra la conexión entre tu forma de pensar y tus emociones, no juzgues y no te juzgues, solo observa y deja que pasen. Pronto empezarás a refinar tu manera de pensar y extirparás todos los juicios que te separan de la vida. A medida que lo hagas empezarás a ver una conexión entre tu ser y los sentimientos de paz, alegría, armonía y ligereza en el movimiento del cuerpo.
Cuando vives de esta manera, nunca te juzgas a ti mismo ni a los demás, ni a los pensamientos que se te puedan ocurrir. Entonces no hay ni bueno ni malo, posible o imposible, perfección o imperfección, positivo o negativo. Todo es uno. Así no te aferras a ninguna verdad en particular, sino que las examinas todas. Ves a todas las verdades como una sola, y permites que cada una sea explorada para determinar si pueden aprovecharse desde tu estado. Cuando vives de este modo, contemplas todos los pensamientos que llegan hasta ti, conoces, aprendes, vives y obras más.
Cuando simplemente eres y te permites recibir todos los pensamientos, puedes oír la voz de Dios. Entonces, todo lo que siempre quisiste saber, lo puedes saber en un abrir y cerrar de ojos. Cuando no juzgas tus pensamientos, sino que les permites manifestarse como emoción dentro de tu alma. Aprende a vivir a través de saber y permitir. Así habrás dominado el ego alterado. Solo asi puedes trascender. Una vez que has dominado el juicio, has conquistado la totalidad de este plano y puedes abandonarlo cuando desees.
Ama tu cuerpo. Cuídalo, aliméntalo, dale cariño. Es el instrumento puro de expresión que te permite experimentar la vida en este plano. Sé ilimitado en tus procesos de pensamiento, pero también cuida el vehículo que te lo permite. Si eres mujer, sé mujer; si eres hombre, sé hombre. Ama lo que eres, nunca abuses de tu cuerpo. Nunca lo desfigures o mancilles. No le hagas hacer cosas para las que no fue diseñado.
« (…); porque he aquí el reino de Dios está dentro de vosotros ».
Jesus de Nazareth
Entonces, por el solo hecho de existir, merecen ser amados. El hecho de que existan vale más que cualquier cosa que hagan. Ámalos porque son, pues mientras ellos sean ten por seguro que tú también serás. Si los amas sin reparar en quiénes son y dejas que ese amor simplemente sea, siempre te conservarás puro.
"(...) yo, que conozco la naturaleza de quien comete la falta, que sé que es hermano mío, no de sangre y de carne, sino por nuestra común participación en un mismo espíritu procedente de Dios, no puedo sentirme ofendido por su parte, ya que nada de cuanto hago podría avergonzarme. En efecto, nadie podría despojar a mi alma de la honradez; (...)."
Marco Aurelio
Hay que aprender a desplazar los juicios de la mente, debes ser consciente de tus sentimientos y de los pensamientos y emociones que los originaron. A través de esa conciencia, te enseñarás a ti mismo a ser más refinado en tu modo de pensar. Cuando te sientas triste, asustado, desesperado o experimentes algun sentimiento negativo como el odio o la envidia, examina tus pensamientos. Encuentra la conexión entre tu forma de pensar y tus emociones, no juzgues y no te juzgues, solo observa y deja que pasen. Pronto empezarás a refinar tu manera de pensar y extirparás todos los juicios que te separan de la vida. A medida que lo hagas empezarás a ver una conexión entre tu ser y los sentimientos de paz, alegría, armonía y ligereza en el movimiento del cuerpo.
"Nunca te juzgues a ti mismo por el hecho de juzgar. Ten compasión por ti mismo y simplemente permite que la conciencia de tus pensamientos y sentimientos te enseñe, porque te aseguro que lo hará."
Ramtha
Cuando vives de esta manera, nunca te juzgas a ti mismo ni a los demás, ni a los pensamientos que se te puedan ocurrir. Entonces no hay ni bueno ni malo, posible o imposible, perfección o imperfección, positivo o negativo. Todo es uno. Así no te aferras a ninguna verdad en particular, sino que las examinas todas. Ves a todas las verdades como una sola, y permites que cada una sea explorada para determinar si pueden aprovecharse desde tu estado. Cuando vives de este modo, contemplas todos los pensamientos que llegan hasta ti, conoces, aprendes, vives y obras más.
Cuando simplemente eres y te permites recibir todos los pensamientos, puedes oír la voz de Dios. Entonces, todo lo que siempre quisiste saber, lo puedes saber en un abrir y cerrar de ojos. Cuando no juzgas tus pensamientos, sino que les permites manifestarse como emoción dentro de tu alma. Aprende a vivir a través de saber y permitir. Así habrás dominado el ego alterado. Solo asi puedes trascender. Una vez que has dominado el juicio, has conquistado la totalidad de este plano y puedes abandonarlo cuando desees.
Ama tu cuerpo. Cuídalo, aliméntalo, dale cariño. Es el instrumento puro de expresión que te permite experimentar la vida en este plano. Sé ilimitado en tus procesos de pensamiento, pero también cuida el vehículo que te lo permite. Si eres mujer, sé mujer; si eres hombre, sé hombre. Ama lo que eres, nunca abuses de tu cuerpo. Nunca lo desfigures o mancilles. No le hagas hacer cosas para las que no fue diseñado.
"De todas las palabras que fueron creadas, hay una que se ajusta a esta enseñanza mejor que cualquier otra: «ser». Ser. ¿Y qué significa eso? Significa permitirte ser cualquier cosa que seas, y amarte totalmente por serlo. Significa sentir aquello que estés sintiendo y vivir esa emoción. Ser es vivir totalmente el momento, porque sabes que el ahora es todo lo que existe. Es hacer todo lo que quieras hacer, vivir la aventura que tu alma te impulse a vivir."
Ramtha
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