- Hombre y Mujer en el Camino Espiritual
- Las 3 cualidades de la materia
- Arrepentimiento
- Compasion
- Nada te impide poder ser mejor en cada situacion
Aprende a aplicar principios generales a casos concretos de acuerdo con la naturaleza
La vida prudente empieza por aprender cómo poner en práctica principios como «no hay que mentir». El segundo paso consiste en demostrar la verdad de esos principios, como las razones por las que no hay que mentir. El tercer paso, que conecta los dos primeros, es indicar por qué las explicaciones bastan para justificar los principios.
Aunque el segundo y el tercer paso son valiosos, el primero es el más importante. Pues es demasiado fácil y habitual mentir mientras demostramos ingeniosamente que mentir está mal.
Aunque el segundo y el tercer paso son valiosos, el primero es el más importante. Pues es demasiado fácil y habitual mentir mientras demostramos ingeniosamente que mentir está mal.
«¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y eh aquí la viga en el ojo tuyo? Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.»
Jesús de Nazareth
Empieza a vivir tus ideales
"Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa."
Siddharta Gautama
Ejercita la discreción al conversar
La presunción no es el estilo del auténtico filósofo. Nadie disfruta con la compañía de un fanfarrón. Por consiguiente, no agobies a los demás con entusiastas relatos sobre tus hazañas. A nadie le importan mucho tus batallas y aventuras, y si te las consienten durante un rato es por mera educación. Hablar con frecuencia y en exceso de los propios logros resulta cansado y pretencioso. No es preciso que seas el payaso de la clase. Ni tampoco necesitas recurrir a otros métodos poco delicados para convencer a los demás de que eres listo, sofisticado o afable. La charla agresiva, fácil u ostentosa debe evitarse a toda costa. Pues disminuye la estima que te profesan tus conocidos. Mucha gente aliña su discurso con obscenidades en un intento por dar fuerza e intensidad a lo que dicen o para incomodar a los demás. Niégate a seguir dichas conversaciones. Cuando la gente que te rodea empieza a hablar de forma insustancial e indecente, si puedes, vete, o cuanto menos guarda silencio y deja que la seriedad de tu mirada muestre que te ofende lo grosero de su lenguaje.
"Que tus palabras sean mas importantes que el silencio que rompes"
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