jueves, 5 de agosto de 2010

MILLONES... ¿Y LUEGO QUÉ?


Un banquero, que se encontraba en el muelle de un pueblito costero, vio aproximarse un bote que llegaba con un solo pescador, trayendo consigo varios pescados de muy buen tamaño. Bajando a su encuentro, y elogiándolo por la calidad de sus ejemplares, le preguntó:

-¿Cuánto tiempo te ha llevado pescarlos?
- Sólo un poco de tiempo
–le respondió el pescador.
- Entonces ¿por qué no permaneces más tiempo pescando?

- Tengo lo suficiente para satisfacer mis necesidades inmediatas y las de mi familia- dijo el pescador alzando los hombros.

- ¿Y qué haces con el resto de tu tiempo? Volvió a consultar el banquero.
- Lo aprovecho para jugar con mis hijos, también hago siesta con mi señora, visito todas las noches el pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos, ya que puedo levantarme tarde. Se puede decir que tengo una vida apacible y ocupada.

El banquero se presentó: Yo soy un hombre de negocios y podría ayudarte. Primero, deberías invertir más tiempo en la pesca y con esos ingresos podrás comprar un bote más grande. Con los ingresos que la nueva embarcación te proporcione, puedes comprar otras más, hasta armar tu propia flota de pesqueros.

Y en vez de vender el pescado a un intermediario, luego lo puedes hacer directamente a un procesador, y si lo deseas, al poco tiempo abrirías tu propia procesadora, controlando así todo el proceso de producción. Saldrás de este pueblo y te irás a la capital, donde manejarás tu propia empresa en expansión.
- ¿En cuánto tiempo lograría todo eso?- preguntó el pescador.
- Entre 15 y 20 años.
- ¿Y luego qué?, aventuró el pescador.
El banquero, quien ya mostraba una sonrisa, le dijo que esa era la mejor parte.
- Cuando llegue la hora, venderás las acciones de tu empresa al público. ¡Te volverás rico y obtendrás millones!
- Millones... ¿y luego qué?
- Luego te puedes jubilar, mudarte a un tranquilo pueblito costero, donde podrás dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos y hacer siesta con tu mujer. Visitarías por las noches el pueblo donde tomarías vino y tocarías guitarra con los amigos- concluyó el banquero.

A lo que el pescador respondió: -¿Y acaso, eso no es lo que hago ahora?

Si reflexionamos sobre esta pequeña historia, tal vez encontremos que la vida que el banquero le propone al pescador nos resulta familiar, porque es el esquema de vida que hoy se plantea, en el que las posesiones materiales es lo más valioso. Sin embargo, los esquemas suelen cambiar constantemente ya que dependen de la época y las modas o ideas imperantes.

Pero ¿es realmente una forma de vida la que nos hará felices? Grandes filósofos clásicos como Sócrates, relacionaban a la felicidad con el conocimiento de uno mismo y del sentido de la vida.

Los filósofos estoicos, sobre el tema de la felicidad, ponían el siguiente ejemplo: “El caballo no es infeliz por no poder cantar, pero lo sería en todo caso por no poder correr libremente. De igual manera, el hombre se sentirá infeliz si no puede hacer aquello para lo que fue creado”. Pero ¿para qué fue creado?..


"Donde acaban las necesidades, empieza la avaricia"

No hay comentarios:

Publicar un comentario